Fue un pleno municipal presidido por el alcalde socialista Carlos Díaz, fallecido hace apenas tres meses, el que clausuró el cementerio de San José hace casi un tercio de siglo.
Aquella sesión decidió que el camposanto tradicional de la ciudad de Cádiz durante el siglo XX no recibiría más restos mortales. A partir de ese momento, pasaban al mancomunado ubicado en la carretera entre Chiclana y Medina Sidonia.
La decisión se tomó en la primavera de 1992. Han pasado 32 años y el proceso de exhumación y traslado no ha podido ser culminado por las dificultades técnicas del proceso.
Entre los obstáculos técnicos y éticos, las reclamaciones de identificación de familias que pueden tener en ese recinto restos de sus antepasados, en algunos casos represaliados de la Guerra Civil.
Esta transición tan compleja y lenta entra en su recta final. Al menos, ese es el anuncio del alcalde, Bruno García de León (PP). El regidor aseguraba este último viernes de mayo que ya está listo el informe final de las últimas exhumaciones pendientes en San José.
Estos trabajos restantes fueron encargados este febrero a la empresa Cemabasa y deben culminar con el desalojo total de los restos que aún quedan en el camposanto, unos 90.000. Esta fase definitiva tendrá un coste de 700.383 euros y el tiempo de ejecución roza los seis meses de duración.
El alcalde ha detallado que esos más de 90.000 restos se encuentran repartidos entre las 3.200 fosas de suelo, 700 osarios y dos fosas comunes. "Todos estos restos van a ser trasladados a una zona en el cementerio mancomunado de Chiclana".
Estos trabajos serán realizados por dos equipos de trabajo simultáneos para una mayor rapidez. La velocidad no debe se incompatible con el rigor, según el alcalde: "Todas las exhumaciones, traslados y posteriores inhumaciones se harán con la mayor dignidad".
Una vez resuelto el último y definitivo paso podrá comenzar la construcción del parque anunciado también en 1992. "Es un proyecto en el que le queremos poner mucho empeño porque puede abrir esa zona a un nuevo uso público después de más de dos siglos" como cementerio.
El antiguo plan de construcción del parque contemplaba, en la parte sur, un equipamiento cultural y de ocio. En el área norte, un equipamiento deportivo integrado con el parque y compartido con el cercano instituto de Enseñanza Secundaria Drago.
Bruno García afirma que "la intención es que mientras que se lleva a cabo el desalojo total del cementerio se pueda redactar el proyecto básico como antesala de las obras".
"El parque del cementerio va a ser una prioridad para este equipo de gobierno. Nosotros vamos a ser los que ejecutemos esta obra", reivindica.
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