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Llegó el día, la hora. Es el acta de defunción del ficus de San Jacinto. La ha comunicado oficialmente el Ayuntamiento de Sevilla en la mañana de este viernes 13 de septiembre. Ya venía avisando de que los trabajos no estaban dando sus frutos. Pero por todo lo que representaba, para nadie era una alegría que una polémica de dos años acabara así. La delegada de Parques y Jardines, Evelia Rincón, ha comunicado que el ficus, que tendría más de un siglo de vida según algunos estudios de grabados históricos de la calle San Jacinto, ha "colapsado". Un ejemplar "emblemático, de 1913", reconoce el Ayuntamiento, pero que "no tiene posibilidad de recuperación".
Ahora, la decisión es su retirada, es decir, la tala definitiva y completa. "La velocidad de la descomposición del ficus depende de los condicionantes atmosféricos y la actuación de los hongos saprofitos que están perjudicando en sus tejidos, aprovechando la debilidad y precariedad del ejemplar causada por el intento de tala producido en 2022", señala la delegada.
En 2022, la propia iglesia impulsó la retirada, pactada con el Ayuntamiento de entonces. Todo, a cuenta de la caída de una rama que dejó en estado grave a una cuponera. Se inició el proceso de retirada de la copa del ejemplar pero un juzgado la paralizó en mitad del proceso. Desde entonces, tanto el anterior ejecutivo como el actual, han ido dando pasos para tratar de recuperar el ejemeplar, que al daño inicial que provocó la caída de la rama se sumaba ahora a las dificultades por encontrarse descopado. Un sistema de riego específico, nutrientes... todo ha sido en vano.
Desde la primavera, el ficus presentaba un aspecto cada vez peor. En un primer momento, desde 2022 fue volviendo a reverdecerse, con pequeñas ramas. Pero la sequía no ha ayudado, dificultando el proceso, ya que, por más que se realicen tratamientos, el calor extremo y continuado debilita a los árboles. No ha ayudado la climatología para que se produjera el milagro.
"Una vez que han transcurrido los meses más calurosos del verano en los que se ha mantenido un régimen de riegos en función de las necesidades detectadas, los técnicos han apreciado una pérdida de vitalidad tanto de masa radicular como del tejido del cambium", señala el Ayuntamiento, que evidencia también un "descortezado generalizado y la descomposición del tejido del cámbium bajo dicha corteza". Una de las principales de causas del colapso del ficus es "la eliminación de toda la masa foliar del ejemplar" producida en el conato de tala en 2022. Según el informe, esta circunstancia provocó "la exposición de toda la corteza de la estructura residual a la insolación estival y a las altas temperaturas".
Ahora, se abrirá, seguramente, una batalla de notas de prensa entre Ayuntamiento y PSOE -un habitual en casi cualquier asunto local- sobre quién es el culpable. Y el gobierno local lo tiene claro: "Después del intento de tala en agosto de 2022, que provocó la pérdida de la mayor parte de la copa del ejemplar, el gobierno de Antonio Muñoz dejó abandonado este ejemplar durante un año hasta que el equipo de José Luis Sanz realizó un contrato específico en agosto de 2023 para el mantenimiento y seguridad del propio ejemplar con una dotación de 7.115,72 euros".
La última decisión importante sobre la gestión del ficus fue que el Ayuntamiento se hacía cargo del espacio y que la entrada al templo trianero pasaba a ser prácticamente un miniparque, abierto al público. El gobierno municipal defiende todas las actuaciones realizadas, estudios e inversiones, aportaciones de nutrientes, sustratos, para revitalizar el sistema radicular. "Hemos realizado todo lo posible por recuperar este árbol singular, pero los efectos del intento de tala de 2022 aprobado por el Gobierno anterior marcaron el triste devenir de este emblemático ejemplar".
"Llevo toda la vida aquí, empezaron con que querían cortarlo. Luego, empezaron a salir matas, pero de buenas a primeras, empezó a aburrirse, y se lo han cargado", señala una vecina, Carmen, a los pies del árbol. "Esto era una alegría". Lamenta, por ejemplo, que no se actuara "antes de que se cayera la rama" sobre la empleada de la ONCE, inicio de todo este proceso, y que dejó a la mujer con lesiones importantes. "Tenían que haber quitadas las ramas antes, cuidarlo. Pero estaba sentenciado a morir y se ha muerto. Vamos, que lo han matado".
Precisamente, otra vendedora de la ONCE, compañera de la víctima de la rama, explica a través de Carmen, porque tiene una discapacidad auditiva, que ella "al principio tenía miedo porque pensaba que se iba a caer, pero cortaban las ramas... y ahora... una pena". Ha visto pasar manifestaciones, apoyo, el trabajo de empleados municipales y otros contratados por la propia Iglesia. Pero no ha sido posible.
Fray Javier, el cura de San Jacinto, explicaba meses atrás en una entrevista en lavozdelsur.es que le seguían llamando "arboricida" por la calle, y daba las razones sobre todo el proceso que se había vivido una vez que, parecía, llegaba la calma. Sin embargo, la primavera acabó descubriendo el mal estado del árbol. Hasta su hora final, que será con la retirada definitiva, próximamente. Por el momento, no ha trascendido si habrá un ejemplar que lo sustituya, algo que sí recomienda el informe y que ya ocurrió después de otra retirada de un ficus el pasado año en la plaza de la Encarnación, también con una caída de una rama de madrugada. Un caso, por cierto, con mucha menos polémica.
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