Desvaríos V

La Facultad de Economía va a desaparecer, dicen que porque todos los hombres son ya economistas. ¡Se acabaron los sueños!

'La experiencia'. Foto de J.C. González
'La experiencia'. Foto de J.C. González

Mi cuerpo siente hambre en la piel. ¡No me toca! ¿Quién me robó sus abrazos y sus besos? ¿Quién se interpuso? ¿Acaso soy un hombre de hielo?

Es conveniente un cierto grado de conformidad con la vida; cuando uno odia al mundo, además de ser un discapacitado para el placer, el demonio lo tiene dentro.

¡Ay, esta memoria, se me olvidan los recuerdos! Tendré que inventármelos para rellenar los huecos que hay en mi vida.

Distingamos conceptos básicos: no es lo mismo ser "servicial" que ser "servil". El primero es amable, mas nunca esclavo. En eso consiste su "charmé".

Aquel hombre era lento; se diría embobado, no de fascinado, sino de bobo; su cabeza sufría de retardo, de aletargamiento; vivía en el limbo. Por eso, percibía detalles de la vida que otros no alcanzaban; y por eso dicen que los tontos son más felices.

En nuestra época se vive tan deprisa que no da tiempo de convertir la experiencia en “vivencia”.  Vivimos como saltimbanquis y volatineros, artistas capaces de realizar diferentes ejercicios de equilibrio, movimientos y juegos acrobáticos.

Con la acumulación de cosas engañaba su soledad. La Facultad de Economía va a desaparecer, dicen que porque todos los hombres son ya economistas. ¡Se acabaron los sueños!

¿Para cuándo la cultura eclipsará a la economía? Afortunadamente en la vida hay acciones que no son monetizables.

Aquella persona carecía de argumentos coherentes, sin embargo, con su verborrea derrotaba a todos los que tenía alrededor. ¡Qué ingrata, nunca pidió perdón!

 Es curioso, pero algunas veces, entre los dirigentes, entre los intelectuales, hay algunos hombres inteligentes.

Mente enjaulada:

Que repite por costumbre, sin prestar mucha atención, como un papagayo, las pseudo-ideas de una de las tres grandes cosmovisiones del mundo: la mercantil, la religiosa o la política. Pura racionalidad esquematizada y prisionera, que no danza libre e intuitiva por la vida.

La belleza nocturna:

En los claroscuros de la noche, en la atenuada luz de aquella habitación, ella tenía una belleza nocturna; la voz apagada, susurrante, de cansancio. El día había sido un caminar errante, solitaria por el mundo; la noche el reencuentro consigo misma.

Las acciones gratuitas:

Son los actos más valiosos: Un amanecer, el olor de las flores, una sonrisa, una conversación de café...  No tienen una finalidad precisa y, además, no pueden ser monetizados. Las personas agraciadas, con gracia, suelen ser agradecidos; son seres afortunados que sienten gratitud por todo.
La gratuidad es al hombre, lo que la belleza es a la naturaleza. Las dos surgen espontáneamente: En el hombre por un impulso natural y en la naturaleza por azar.

El eremita:

Era un hombre errante y nómada, un eslabón perdido, acaso un trotamundos. No había ido al colegio ordinario, no tenía familia, ni patria. Vivía de un trozo de pan, un vaso de vino y un lápiz para escribir poesía. Gustaba de la soledad, huyendo de las multitudes. Sus ojos observaban el mundo desde lejos y se reía mucho. Veía a los otros, hombres y mujeres, como seres vanidosos, con un ridículo taparrabos, muertos de frío y desamparo. Aquel hombre murió sin pena ni gloria.

La belleza sucia:

Siempre he preferido "la belleza sucia"; "la belleza sublime", además de escasa, me aturde. Una vez leí que la búsqueda desmedida de la perfección produce neurosis. Pues bien, esta idea la he visto recogida en el concepto japonés Wabi-Sabi que apunta a la "belleza de la imperfección": Nada es perfecto, nada es permanente, nada está completo. Wabi Sabi se inspira en la naturaleza, con su paradoja de ser perfecta e imperfecta a la vez. Abrazar el estilo de vida Wabi Sabi nos permite mirar a la realidad sin la presión de que todo esté bien; nos sugiere la necesidad de disfrutar de los momentos tal y como vienen, sin expectativas. Las arrugas, los arañazos, las cicatrices, son un recordatorio de nuestras experiencias.

El espíritu de contradicción:

Real Academia Española: Genio inclinado a contradecir siempre. Carácter que se opone con frecuencia y parcialidad a lo que los otros le manifiestan. Baltasar Gracián en el aforismo 135 del Oráculo Manual lo llama "hacer guerrilla de la dulce conversación". Y Guillermo Cabrera, en "Los Contradictorios" dice que se sientan siempre de espaldas, al revés de todo el mundo. Contradecir, a contracorriente, contraatacar, contraorden, contraponer, contracrítica, contrariedad, contrariar... "Contra": Prefijo que denota oposición o contraposición, con el significado de 'enfrente de' en lugar de 'junto a'. La compasión renuncia a los antagonismos; la consonancia mejor que la disonancia.

No comprendo por qué los laicistas de nuestro país son más beatos que San Pablo. 

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Comentarios (1)

Francisco Hace 10 días
Interesantes reflexiones
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