De un tiempo para acá, se ha acuñado eso de 'jura de bandera civil'. Consiste en que ciudadanos anónimos rindan honores a la bandera de España, dentro de un acto solemne. Prometen defender los valores constitucionales, la unidad territorial, al rey y la democracia.
Hoy podría considerarse que este juramento tiene tintes conservadores, pero va más allá. El origen puede resultar difuso, pero tiene una huella de rango legal. Cuando el servicio militar en España encuentra alternativa en los objetores de conciencia o en la mera convalidación del servicio por tareas en beneficio de la comunidad, o en quien se hubiera visto excusado del servicio militar por razones de salud, se abre la puerta a que todo ciudadano jure bandera.
Una orden ministerial de 1995, del Ministerio de Defensa del último Gobierno de Felipe González, recuerda que a menudo los antiguos militares, aquellos que habían hecho la mili, sus familiares o su entorno, a menudo querían jurar bandera. "Es habitual que ciudadanos, generalmente familiares de militares de reemplazo que van a efectuar el juramento o promesa ante la bandera u otros por diversos motivos personales, soliciten renovar el juramento o promesa que efectuaron en su día". A fin de cuentas, implica una obligación para los militares españoles que queda extendida opcionalmente a toda la sociedad.
Sucesivas órdenes ministeriales (que son normas vigentes) han ido dando forma a esto. Una reforma para facilitar las juras de bandera civiles llegaba en mayo de 2004, cuando aterrizaba José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno y José Bono llegaba al Ministerio de Defensa. Así se razonaba el derecho a jurar bandera: "Para permitir que los españoles que, sin querer vincularse a las Fuerzas Armadas con un carácter profesional, puedan manifestar su compromiso con la defensa de España, prestando el juramento o promesa ante la bandera, se hace necesario fijar el procedimiento para solicitar y realizar dicha prestación". Al hacerlo, uno entra en un registro, del Ministerio de Defensa, y hasta se le entrega un certificado. Entre los requisitos, ser mayor de edad, de nacionalidad española o no haber sido declarado "incapaz" por sentencia judicial.
Ciertamente, cuando se han popularizado estas juras de bandera civiles ha sido en la última década. Muchas cosas han cambiado en España. Por ejemplo, un procés por la independencia de Cataluña. Eso ha ido redefiniendo el concepto entre muchas personas que, por las razones que sea, han querido 'implicarse'.
Pero hay que subrayar que se trata de un acto con amparo legal, pero sin consecuencias más allá de su simbolismo. Es decir, que lo simbólico es importante en la sociedad resulta evidente, pues tantas y tantas cuestiones están motivadas por el simbolismo. El mero hecho de manifestarse, más allá de mostrar un descontento, es más bien un acto simbólico, sin consecuencia legal directa. El acto de jura de bandera civil ni compromete a tomar las armas en el futuro ni coloca a nadie en una lista de reservistas, ni nada que se le parezca.
Para eso, de hecho, ya están los citados reservistas. Y hay que recordar que la Constitución y una Ley Orgánica recogen que, llegado el momento, si se declarase un estado de excepción o de sitio -más duros que el tristemente conocido estado de alarma-, cualquier ciudadano puede verse privado de sus derechos fundamentales y verse obligado, por ejemplo, a enrolarse en las fuerzas del ejército. Un ejemplo de ello no tan lejano es Ucrania, con una reciente reforma repleta de sanciones para quienes rechacen el reclutamiento obligatorio.
Jerez celebrará este sábado a las 11 de la mañana una jura de bandera civil en la plaza del Caballo. Hace diez años de la última que acogió la ciudad, entonces, por los 75 años del Regimiento de Artillería Nº 74. Viene impulsada por la Hermandad de la Defensión, de vinculación tanto con las Fuerzas Armadas como con cuerpos policiales y Guardia Civil. Acudirán al acto unas 250 personas que se han inscrito en la web del Ministerio de Defensa y habrá representación estatal en el evento, el subdelegado de Defensa en Cádiz, el coronel Ángel Javier Umbría Baspino.
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