Las Cascadas del Huéznar son uno de esos paisajes habituales en Andalucía que hacen pensar al visitante que está en otro lugar, quizá en un destino exótico o paradisíaco. Se trata de un monumento natural, declarado en 2001, que se encuentra a unos dos kilómetros de la localidad de San Nicolás del Puerto, en la provincia de Sevilla.
Se sitúa en una zona del Rivera del Huéznar en el que se localizan una serie de cascadas y pozas, integrada en el Parque Natural Sierra Morena. Este enclave está reconocido como Geoparque Mundial de la Unesco.
A las cascadas se accede desde el área recreativa de El Martinete, punto en el que comienza el sendero de las Cascadas del Huéznar, un atractivo recorrido que ofrece unas vistas incomparables al visitante. En esta zona, el río se divide en dos brazos: el izquierdo, con dos saltos de agua llamados Chorrera Grande y Chorrera del Moro, y el derecho, con varios saltos más pequeños que se conocen como Chorreritas.
El sendero asciende de forma paralela al río y lleva a los excursionistas hasta el mirador de las Chorreras Chicas, para luego volver al área recreativa del punto de partida y pasar por el restaurante en un recorrido circular.
Como informa la Junta de Andalucía en su guía de Monumentos Naturales, es importante tener en cuenta que la llamada playa de San Nicolás, un poco más arriba del propio monumento natural, es el único lugar en este sendero habilitado para el baño, pues está prohibido en las propias cascadas, debido al riesgo de caídas y accidentes. Dicha playa es una zona muy concurrida en verano, debido también a que hay chiringuitos y lugares habilitados para poder comer allí mismo.
Se recomienda no desviarse del recorrido marcado, para evitar accidentes, daños a la flora y molestias a la fauna del lugar.
Cerca de las cascadas, también es digna de visita la vía verde de la Sierra Norte de Sevilla, que conecta el enclave con otro Monumento Natural igualmente atractivo, el Cerro del Hierro.
El origen de estas cascadas está en la existencia de varias fallas por desniveles del terreno en el subsuelo, y también se debe a la propia composición de las rocas.
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