Los adolescentes y nativos digitales, incapaces de distinguir la verdad de la mentira en internet

"En Twitter la gente suele ser racista, se suele insultar, destruyen a la gente", señala un chico de 15 años

Adolescentes con un móvil, principal medio de acceso a las mentiras en internet.
Adolescentes con un móvil, principal medio de acceso a las mentiras en internet. JUAN CARLOS TORO

La adolescencia es una etapa de la vida abrochada a complicaciones inherentes. Es el desarrollo de la persona cuando se acerca a su vida adulta. El ser humano se define en una personalidad en todo momento. Ni nunca es tarde para aprender ni es demasiado pronto. Desde bebés, vamos radiografiando el entorno. La psicología avisa de que lo que somos, lo que creemos ser, viene altamente condicionado por los primeros años. Pero la adolescencia es más que un proceso hormonal de desarrollo físico: es el tiempo de las primeras decisiones que se toman de forma completamente personal. La ideología, como lo es elegir el futuro profesional, también surge en estos años.

Hoy, la forma de entender el mundo, viene acompañada de tecnología. Formarse e informarse y, a partir de ahí, tomar partido, posicionarse. Un informe de Save the Children advierte con una de sus conclusiones más demoledoras: las generaciones que han nacido con acceso a un smartphone, con redes sociales, en un entorno digital, no han adquirido las herramientas para filtrar si una información es verdadera o falsa. Los llamados nativos digitales no están preparados. El hecho de haberse criado de forma natural junto a un móvil no les permite, por sí mismo, distinguir la verdad de la mentira. Hace unos días, esos canales 'informativos' y 'alternativos' aseguraban que había dos terroristas en un Corte Inglés del centro de Madrid. No avisaban de que la Policía lo investigaba por una denuncia, lo cual sería correcto, sino que desde ahí surgían mensajes de odio, racistas, xenófobos... Resultó ser mentira. Como lo es también cada mensaje alarmista en Alcalá de Guadaíra tras la llegada de solicitantes de asilo hace unos días. Mensajes que se mueven en las redes asegurando, por ejemplo, que traen enfermedades contagiosas, simplemente porque algunos de ellos acudieron a un centro de salud.

Más de la mitad no sabe distinguir si una noticia es falsa, y una cuarta parte ni siquiera intenta contrastar

En un estudio con más de 3.000 menores de entre 10 y 17 años, la ONG avisa de que un tercio de los niños de 10 años tiene acceso a internet de manera habitual. A los 11, la mitad. A partir de ahí, prácticamente la totalidad. Dos tercios de los menores se conectan varias veces al día, y una cuarta parte, define su conexión como 'permanente'. Residual, apenas el 10%, lo utiliza dos veces, una vez o ninguna. Conexiones a menudo de varias horas. El testimonio de una chica de 16 años es revelador: "A ver yo creo que lo uso un poco demasiado, porque sí que es verdad que especialmente con el tema del TikTok, te pones a las seis en plan “cinco minutitos” y a la que te das cuenta ehhh son las ocho y media y eh se te ha pasado toda la tarde". A pesar de lo que pueda parecer, solo un 29% de esas conexiones a internet son en consolas. El 96% entra a través de teléfono o tablet, y un 58%, por el ordenador. Los videojuegos no son la clave de esa conexión.

Por sexos, sí es cierto que tres de cada cuatro varones juega online, pero entre las chicas es apenas un 14%. Una evidencia de que los sesgos culturales que vemos en la sociedad también llegan al comportamiento en el entorno digital de las nuevas generaciones. Las redes sociales, escuchar música y chatear son las principales actividades. La mitad de los jóvenes pasa el tiempo viendo a streamers o creadores de contenidos como youtubers e influencers. De entre las redes sociales, los reyes son whatsapp, instagram y TikTok. Aunque también Twitter, con un cuarto de los menores haciendo uso habitual.

Desde el cambio de algoritmo de Twitter con la adquisición por parte de Elon Musk, diversos estudios evidencian que la red social busca que el usuario actúe, comente, se manifieste. Y eso, a veces, a base de discursos extremos, incluso aquellos que ideológicamente son diametralmente opuestos al usuario. Por eso, usuarios que la red social detecta como progresistas se exponen a mensajes de ultra derecha. Pasa lo mismo con usuarios detectados como conservadores, a los que cada vez se le muestran más los mensajes situados en la ultra izquierda. 

El estudio de Save The Children recoge el testimonio de un chico de 15 años: "En Twitter, sobre todo, (...) la gente suele ser racista o, no sé, si hay alguien de, pues, diferente a los demás, se le suele insultar por sus gustos o por cualquier cosa, (…) destruyen a la gente".

Las redes sociales son, a menudo, causa y consecuencia, revela el estudio, de vulnerabilidades emocionales. O bien se expone personalmente a ataques anónimos o no anónimos de terceros (críticas al físico, por ejemplo, pero también a sus opiniones), o bien significa generar una personalidad digital. "Hay mucha soledad no deseada en chicos y chicas que aparentemente lo tienen todo a su alrededor, pero que viven en un mundo marcado por influencias que abruman, por la necesidad de estar imitando lo que esas influencias parece que te marcan", indica un psicólogo sobre acoso escolar.

El informe advierte de otros riesgos conocidos previamente, como la mayor facilidad de acceso a la pornografía, o la propia sexualización del usuario o usuaria, el envío de imágenes íntimas a terceros (sexting), o incluso quedar con desconocidos. 

Pero existe una exposición descontrolada también en cuanto a la desinformación. Siguen consumiendo prensa y televisión para informarse, pero también se cuelan supuestos expertos en materias o personalidades de internet que se ganan la confianza con mensajes falsos, extremos, o sacados de contexto.

Un 52% de los adolescentes andaluces no sabe identificar si una noticia es falsa. Un 24%, ante algo llamativo y posiblemente falso, no intenta contrastar. Dos de cada tres, aproximadamente, buscan en su entorno que les aclaren si algo es cierto o no. Pero si ese entorno también se ha informado por canales que emiten información falsa, "crea un efecto burbuja y perpetúa la información falsa", advierte la ONG.

De hecho, el 12% de los usuarios adolescentes piensa que esos personajes que emiten información no contrastada son "siempre" fiables. Puede parecer poco, pero el 71% suele creerlos, en determinadas ocasiones. Las chicas son más desconfiadas: solo un 6% otorta total confianza a canales alternativos, pero un 22% de los chicos creen a ciegas. Por medios, un tercio de los adolescentes (34%) lee prensa digital, frente a un 7% que escuchan la radio y un 4% lee periódicos diarios en papel. La televisión no decae del todo (61%), más allá de que sea acceso a contenido a través de otros dispositivos.

Un cambio de modelo, el del acceso a la información, de consecuencias en el fondo desconocidas. Un futuro donde nativos digitales no distinguen la verdad de la mentira. ¿Cuántas personas aún pueden pensar que la alerta de un atentado terrorista en un centro comercial de Madrid era en realidad mentira? 

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Subdirector de lavozdelsur.es. Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly, con varios años de experiencia también en empresas de marketing.

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