Una protesta contra la inmovilización de reses en Salamanca ha acabado como el rosario de la aurora. Centenares de ganadores han intentado acceder al edificio de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, gobernada por PP y Vox.
Ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, los antidisturbios han tenido que intervenir de urgencia. Los ganaderos portaban barras, palos, bengalas, bastones y hasta vallas en un asalto que ha dejado tres heridos graves. Once policías han acabado también con contusiones.
En un momento de la movilización, varios ganaderos llegaron a acceder al interior del edificio, teniendo que salir del mismo para pedir calma. La revolución del sector ha llegado tras la contradictoria entre el Gobierno central y la Junta sobre el saneamiento ganadero de la tuberculosis bovina. Una normativa estatal que obliga a sacrificar a ganaderías enteras si se detecta un único caso de esta enfermedad.
La marcha ha sido convocada por Unión por la Ganadería ante lo que considera un ataque al sector ganadero después de la limitación de movilidad del ganado bovino por la tuberculosis. Una decisión que la Junta había levantado en un principio para tener que dar marcha atrás posteriormente.