Después de que la Unión de Hermandades de Jerez optara por el Callejón de los Bolos, las instalaciones del antiguo Museo Taurino, en la calle Pozo del Olivar, se quedaron esperando nuevos inquilinos.
Cuando todo parecía indicar que el extinto Museo Taurino iba a servir como subsede para la Unión de Hermandades —hasta se llegó a hablar del convenio entre el Ayuntamiento y el Consejo—, el alto coste de mantenimiento del inmueble terminó por enfriar esta posibilidad.
La fórmula de la que se habló fue una cesión directa con carácter gratuito por 30 años de este casco de bodega, que cuenta con una superficie de 848 metros cuadrados. En el Museo Taurino hasta llegó a haber foto de familia, con la presidencia y representantes de la Unión de Hermandades, con la ex alcaldesa Mamen Sánchez, y miembros del anterior gobierno local.
José Manuel García Cordero, presidente del Consejo, explicó entonces a lavozdelsur.es que el Museo Taurino precisaba de una importante inversión para adaptarlo, mientras que el Callejón de los Bolos “está para meterse”.
Ahora es la Cámara de Comercio de Jerez quien ha solicitado la cesión de las instalaciones, con opción de compra, un asunto que será llevado al pleno de septiembre. El presidente de la entidad, Javier Sánchez Rojas, confirma a este periódico que es una opción que están "valorando".
La Cámara de Comercio está interesada en usar el antiguo Museo Taurino como espacio "complementario" al coworking digital Cultura y Empresa Cámara, recién inaugurado en el Palacio de Borguetto de la calle Sevilla, donde gracias a una inversión de 1,2 millones se ha rehabilitado un espacio en el que tienen cabida 26 emprendedores.
"Nos interesa, pero tiene que definirse", comenta Sánchez Rojas sobre la cesión solicitada por la Cámara de Comercio, que ve en el Museo Taurino la guinda a su proyecto estrella en la ciudad, el coworking digital antes citado.
En el caso de que se concrete, volvería a tener vida un inmueble municipal al que le han salido varios pretendientes en los últimos años. Pero en 2020, eso sí, la licitación pública que buscaba la enajenación del local, que antes tuvo a modo de concesión Alfonso Catering, quedó desierta.
El gobierno socialista enajenó el antiguo casco de bodega para darle salida en el mercado inmobiliario a cambio de ingresar 588.893 euros, pero ningún comprador se interesó por hacerse con las instalaciones a este precio.
El inmueble, que ahora pretende la Cámara de Comercio de Jerez, puede tener uso residencial y otros compatibles con la catalogación urbanística del centro histórico. La finca cuenta con un total de 847,32 metros cuadrados y sobre ella está construida la nave denominada Bodega de Rivas.