El objetivo de Manu García capta los blancos y negros de la Noche de Jesús.
La Madrugada, o la Noche de Jesús, como siempre se la ha denominado en Jerez, se desarrolló sin necesidad de mirar al cielo. Desde San Miguel, San Francisco y La Merced, los cortejos del Santo Crucifijo, las Cinco Llagas y La Buena Muerte pusieron la nota sobria. Desde San Juan de Letrán, la hermandad del Nazareno volvió a imprimir su sello característico y de pura jerezanía, mientras que la algarabía llegó una vez más desde La Plazuela con la hermandad de La Yedra. Fotos de Manu García.
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