Una jerezana enamorada del País Vasco y una castreña que adora Jerez. No es el típico comienzo de un chiste, sino el de la historia de dos amigas, Marta Núñez y Leticia Mejías, que se conocieron en una Feria del Caballo, que acabaron viviendo juntas en la localidad cántabra de Castro Urdiales y que ahora han montado en Jerez su propio negocio. Una vuelta de tuerca es el primer escape room con el que cuenta la ciudad, una experiencia totalmente novedosa pero con años de recorrido en el centro y norte de España y sobre todo en Europa, todo un fenómeno que cada vez gana más adeptos.
¿Que qué es un escape room? Si eres un millenial, traslada al mundo real esas peliagudas aventuras gráficas de pc en las que tenías que buscar un objeto o resolver un puzzle para continuar adelante con tu partida. Si no eres tan joven o no llegaste a aficionarte a los juegos de ordenador, imagina varias salas, perfectamente ambientadas, en las que tienes que resolver diferentes enigmas usando tu ingenio, observación y sobre todo, la comunicación con varios compañeros para, en menos de una hora, salir airoso de la aventura.
Marta y Leticia, como decíamos, eran compañeras de piso en Castro Urdiales. La primera, cámara de la televisión autonómica vasca (ETB), la segunda, fisioterapeuta con consulta propia en la localidad cántabra. Tras no renovar su contrato, Marta, diez años en el norte de España, decide volver a Jerez para encontrarse de nuevo con su familia y amigos. Pero antes ya había hablado con Leticia la posibilidad de montar un negocio. Su compañera reconoce tener “un ramalazo emprendedor al que le tengo que dar salida por distintas vías” y tras varias vueltas a la cabeza, tanto les gustó una visita a The room hunter, un escape room que conocieron en Bilbao que decidieron que ese sería el negocio que montarían.
Una vuelta de tuerca, ubicado en el número 11 de la plaza Compañía, bebe de la leyenda del Rincón Malillo, aquella que cuenta que un caballero jerezano, Álvaro de Mendoza y Virués, llegó a retar al demonio en este punto del barrio de San Mateo, sufriendo entonces en el brazo una herida que ni después de muerto terminó de cicatrizarse. A partir de aquí, el jugador se mete en la piel de una persona que recibe una llamada para presentarse en una casa solariega en el corazón de Jerez con el único fin de cobrar la herencia de un familiar desconocido. La decisión de aceptarla activa una perfecta maquinaria dispuesta a desempolvar misterios enterrados y secretos familiares y a sanar almas entregadas al mismísimo diablo. El objetivo es desentrañar el misterio y escapar en 60 minutos.
El escape room está compuesto por varias salas perfectamente ambientadas. Marta y Leticia se recorrieron mercadillos de media España buscando mobiliario antiguo y cualquier objeto que pudiera encajar dentro de esa ambientación de casa antigua. Hasta las paredes han encolado con un papel que parece sacado de una película de terror y que encontraron en una tienda de antigüedades de Granada. “Los escapes en Andalucía suelen fallar en ambientación, cuando más que el juego, lo principal es la caracterización. No se puede hablar de una casa antigua si luego pones una mesa de Ikea. Por eso nuestro empeño en buscar muebles antiguos”.
Pero más allá de superar el reto, lo que tienen claro las dos emprendedoras es que esto es una experiencia totalmente diferente. “Aquí una hora se pasa volando. Eso de buscar una llave, una pista… Algunos nos ha dicho que han pasado la hora más corta de sus vidas”. Por último, apuntan como edades recomendadas entre 10 y 99 año, al estilo de los clásicos juegos de mesa. “Los niños son más rápidos a la hora de buscar y encontrar, pero luego hay que darle vueltas al coco y ahí ya necesitan a los mayores”. Marta y Leticia, que siguen la aventura a través de un monitor que proyecta las imágenes de las cámaras situadas en las habitaciones, han visto de todo. “Nosotros vivimos el juego como ellos o incluso con más tensión”, señala Leticia. “A la gente se le va mucho la pinza, y ves cada cosa que te da ideas hasta para más pruebas”.
Una vuelta de tuerca, plaza compañía 11, abre de lunes a domingo con sesiones desde las 10 a las 21 horas en pases cada hora y cuarenta y cinco minutos. Grupos de 2 a 5 personas, 50 euros. Seis personas, 65 euros. A partir de siete personas es necesario reservar dos sesiones, y cada grupo se reta. Es imprescindible cita previa para jugar en el 647 024 431.