“La sociedad jerezana está concediendo poca atención a la memoria histórica”, asegura Cristóbal Orellana, encargado del Archivo Municipal y miembro de la Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez, al inicio de las III Jornadas de Memoria Histórica y Democrática que se celebran en el Alcázar entre el 11 y el 13 de abril, durante la charla ¿Por qué Jerez es la ciudad sin memoria?. Unos 500 vecinos de la ciudad fueron víctimas de la represión franquista, por lo que Orellana se pregunta “por qué hemos olvidado a esas personas que fueron masacradas”. El archivero señala que “Jerez, simbólicamente, está muy cargada de franquismo”, como demuestra el recorrido que lavozdelsur.es hizo por barriada España, donde persisten placas y denominaciones que ensalzan la victoria nacional. ¿Por qué este olvido?, se pregunta Orellana, que da diez posibles motivos.
“El marco general de la Transición”, expone en primer lugar, ya que esta etapa supuso “una losa sobre el conocimiento de lo sucedido, una losa sobre los valores de reparación, verdad, justicia”. Tampoco han aparecido, de momento, “testigos directos que indiquen de forma fehaciente en qué lugar exacto fueron enterrados los fusilados”. La ciudad también tiene una particularidad, y es que vio cómo se trasladaba su antiguo cementerio, el de Santo Domingo, al actual de La Merced a mediados de la década de los 60 del siglo pasado, dejando en el olvido un lugar donde se cree que pueden encontrarse los cuerpos de muchos jerezanos que fueron represaliados —en la zona del actual parque Scout—.
“Ninguna autoridad nunca hizo nada por levantar el silencio, es decir, ni las instituciones, ni la universidad, ni nadie, se puso a investigar qué sucedió”, expone Orellana como otro de los motivos de esta dejadez por recuperar la memoria de los caídos. “Ha existido un profundo miedo y una igualmente profunda ignorancia de lo sucedido en la población a lo largo de los años”, agrega. El archivero municipal se pregunta: “Sabiendo que fueron las bodegas y los señoritos de Jerez quienes financiaron el golpe (de Estado) y se presentaron en el cuartel de Tempul, ¿quién iba aquí a promover la memoria histórica?”.
El retraso en la edición online de fuentes documentales en el Archivo Municipal y en la Biblioteca Municipal también influye en la poca atención que se presta a la memoria histórica en Jerez, así como el hecho de que “la universidad no ha querido interesarse por este asunto hasta no hace mucho”. El Ayuntamiento de Jerez, indica Orellana, “se sigue mostrando lento en la retirada de simbología franquista de las calles, incluso aún cuando está en vigor la ley de Memoria Democrática de Andalucía”, que indica que debían haberse eliminado antes de finales del pasado mes de marzo. El último punto que esboza, para invitar a la reflexión, es que “el episodio del busto de Pemán muestra que en Jerez hay una población presa de imágenes nostálgicas de orden, seguridad y autoritarismo que sigue anclada en referentes nada democráticos”. Además, añade un bonus track aportando que “el movimiento memorialista no es fuerte en Jerez y no lo ha sido nunca, solamente ahora con el nacimiento de la Plataforma de Memoria Democrática y de la Asociación de Familiares de Víctimas ha adquirido fuerza”.
Francisco Sempere, memorialista y miembro de la Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez, asegura que en la ciudad, durante el estallido de la Guerra Civil, “había una sociedad dividida y la división todavía persiste, entre los poderosos y los que nada pueden”. “No estamos reivindicando recuperar los huesos, sino las ideas, el mejor homenaje sería recuperar sus valores para acabar con esta forma de entender la vida”, sostiene Sempere, quien asegura que “hubo una revuelta contra los valores republicanos con el apoyo del gobierno nazi y el fascista italiano”, por lo que narra que en el caso particular de Jerez, “la nobleza, la aristocracia y la plutocracia se alían con el Ejército y la Iglesia para acabar con los valores republicanos”, en lo que fue “una rebelión contra la libertad”.
Las Jornadas de Memoria Histórica y Democrática comienzan con la intervención del teniente de alcaldesa de Dinamización Cultural, Francisco Camas, quien apunta que deben servir para “reflexionar sobre nuestro pasado”, ya que “desgraciadamente aun tenemos que estar en esta fase de búsqueda de justicia”. “Debemos seguir trabajando y luchando por la democracia”, agrega, por lo que insta a “cerrar heridas y hacer justicia”. José Manuel Simancas, del Ateneo de Jerez, entidad que colabora en la organización de las jornadas, apuesta por “devolver la dignidad a los defensores de la libertad” y termina su breve alocución con una frase del escritor José Saramago: “Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia”.