De Andalucía a África y viceversa. El menor de las especies de los aguiluchos presentes en la fauna española ya ha sobrevolado el cielo para emprender su camino de regreso a tierras subsaharianas. El aguilucho cenizo es un ave rapaz del orden Accipitriformes, familia Accipitridae, que incluyen águilas, buitres y aguiluchos. Un total de 756 pollos de esta especie miran a países como Marruecos, Mali, Senegal o Burkina Fasso, donde se quedan hasta la siguiente primavera.
Esta rapaz migratoria catalogada como “vulnerable”, según el Catálogo Andaluz y el Catálogo Español de Especies Amenazadas, se encuentra presente en todas las provincias andaluzas salvo en Almería, donde no se localiza como reproductor desde 2004. Jóvenes y adultos vuelan desde mediados de julio hasta septiembre hacia la zona de invernada, que ocupa buena parte del África subsahariana, el subcontinente indio y Sri Lanka, etapa vital poco conocida por el momento dada la amplitud del recurrido.
Los técnicos de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente indican que gracias a los dispositivos GPS-GSM con los que van equipados muchos de ellos, aunque la señal de los emisores se pierda en algunos de estos recónditos lugares, se podrá realizar su monitorización a tiempo real. Así pueden observar el recorrido tanto del viaje de ida como de vuelta, como la estancia en África. De este modo, se obtendrá información sobre la afección a la población y la manera en que influye al reclutamiento para la siguiente época de cría, esto es, el número de pollos que regresan a lo largo de los años posteriores para anidar en Andalucía.
Fue en 2015 cuando se inició un proyecto de conservación de este ave en el que participa un extenso equipo humano formado por profesionales del sector público y privado, personal del cuerpo de Agentes de Medio Ambiente, miembros de la Agencia de Medio Ambiente y Agua (Amaya), auxiliares de campo, técnicos especialistas y el personal de los Centros de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA), así como voluntarios ambientales y entidades colaboradoras de diferente naturaleza.
Gracias a esta labor, en los dos últimos años, el aguilucho cenizo ha experimentado en los dos últimos años una ligera estabilización. Este 2024, la comunidad autónoma cuenta con un total de 507 parejas reproductoras, 525 nidos localizados y 756 pollos volados.
Más datos sobre el aguilucho
Se caracteriza por su esbelta silueta, con alas y cola largas. El aspecto según su sexo es muy marcado. El macho adulto tiene la espalda predominantemente gris, con una línea negra que recorre las alas y con la punta de las alas del mismo color. El habitual color ceniza es del que deriva su nombre común, aunque podemos encontrar esporádicamente cenizos melánicos, con capas prácticamente negras y otros tendentes al blanco. La hembra luce un color pardo con la parte inferior de las alas con un rayado marrón oscuro muy llamativo, característica que comparte con el macho. Los juveniles presentan la parte superior con un plumaje pardo similar al de las hembras y la inferior con tonos rojizos.
Según detalla la Junta en una nota, estos colores les permiten desdibujarse cuando están entre pastizales naturales o cultivos de cereales, ya que es ahí, en el suelo de estos hábitats, donde se produce la incubación, eclosión y cría de los pollos de esta rapaz.
Los cenizos son una especie con una gran capacidad de vuelo. Nacen en Europa meridional y central y Asia central. En la península ibérica y de las 15 comunidades autónomas que ocupa, Castilla-León, Extremadura y Andalucía, encabezan los lugares que albergan un porcentaje mayor de sus efectivos de cría.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn) calcula un número de entre 300.000-550.000 individuos maduros en 2021 (Handbook of the Birds of the World) para esta especie a nivel global y una tendencia poblacional decreciente como consecuencia de la pérdida de la superficie y calidad del hábitat de sus áreas de campeo por el cambio del uso de la tierra y los tratamientos que se da a la misma, entre otras razones. Actualmente y gracias a los marcajes con emisores satélite y gps-gsm colocados durante la última década, se está procurando ponderar la afección que podría estar teniendo sobre su dinámica poblacional las amenazas que allí soportan.
El aguilucho cenizo emplea las zonas agrícolas para su reproducción. Al tratarse muchos de ellos de espacios de titularidad privada, la relación directa entre la Administración y los propietarios es necesaria, bien para informar sobre la presencia de la especie o bien para localizar los nidos, que se realizan en el suelo y pueden sufrir atropello por la maquinaria recolectora de cereal antes de que los pollos abandonen el nido. Las medidas de conservación para esta especie se enmarcan en el “Programa de Seguimiento y Protección del Aguilucho Cenizo en Andalucía”, que se viene realizando por la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente desde el año 2015.