La Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) la gravedad de la situación de falta de agua para el riego ha estimado un máximo de 700 m3/ha de concesional con el agua embalsada a día 1 de marzo. Tras conocer estos datos, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Andalucía (COAG) reclama la convocatoria urgente de una Mesa de Diálogo para hacer frente a esta situación dramática que requiere de medidas excepcionales.
En este sentido, el responsable de Agua y secretario de organización de COAG Andalucía, Eduardo López, ha manifestado que “es imprescindible en estos momentos que exista interlocución entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, la Consejería de Agricultura y las organizaciones agrarias para que se tomen las decisiones justas para un sector fundamental para Andalucía que está gravemente amenazado por la sequía”.
Además de reclamar interlocución y unidad de acción ante lo que supone una verdadera crisis para el sector agrario, desde COAG Andalucía se hacen propuestas. “Consideramos necesario que el riego se priorice para los cultivos más sociales, como son el algodón, la remolacha, los hortícolas al aire libre, el tomate de industria y los cultivos de invierno ya sembrados, que hay que salvarlos, así como hay que asegurar la supervivencia de los leñosos como el olivar y los cítricos”, explica Eduardo López.
Asimismo, esta organización agraria considera que otra medida importante que habría que tomar lo antes posible es establecer un límite por hectárea y tamaño de explotación.
A no ser que la primavera venga con precipitaciones abundantes (similar a la del año 2018), con casi toda probabilidad -las previsiones de lluvia para la primera quincena de marzo son escasas-, y por cuarto año consecutivo, volverá a haber recortes en la campaña de riego.
Y es que los embalses del sistema de regulación general están en situación de emergencia, y han sido escasas las precipitaciones en el presente año hidrológico, en el que se han registrado un 20% menos de pluviometría que la media, donde exceptuando diciembre, los demás meses han sido secos.
Esta situación de escasez de lluvia está comprometiendo la supervivencia de muchos cultivos de invierno anuales, que, en el caso de persistir la escasez de precipitaciones, si no reciben una dotación de riego, corren grave peligro.
Por otro lado, la situación de los leñosos no es más halagüeña. En el caso del olivar, el cultivo de mayor importancia en el regadío de la cuenca del Guadalquivir, con un marcado carácter social y del que dependen muchos agricultores, está viviendo la peor campaña del siglo XXI, con una producción de aceite del 50% menos de la media de los últimos cinco años.
La viabilidad de la próxima campaña del olivar, y de incluso su propia supervivencia, así como la del resto de cultivos leñosos, pasa por que, en el caso de persistir la escasez de lluvias, en los próximos 20 días hay que darle un riego de emergencia.
“Por lo tanto, proponemos que se haga, tanto para los cultivos de invierno como para los leñosos, un desembalse que garantice una dotación de 300 m3/ha.”, ha concluido Eduardo López.
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