La sequía de este año está repercutiendo en Andalucía. Una de las zonas más afectadas es el Parque Nacional de Doñana, la joya de la corona de la diversidad andaluza. Una comparación aérea hecha por el satélite Copernicus Sentinel-2 entre la situación de marzo de 2021 y la de marzo 2022 evidencia la situación tan crítica que vive el Parque.
Imágenes de Copernicus Sentinel-2 de la Unión Europea
En la propia web del satélite explican que "la imagen de la izquierda muestra claramente la vegetación local en plena floración hace un año. La imagen de la derecha, en cambio, muestra la misma zona un año después, con una visible falta de agua y de vegetación en las marismas, como consecuencia de las insuficientes precipitaciones invernales".
Además, añade que "el Parque Nacional de Doñana alberga una rica biodiversidad, que se ha visto fuertemente afectada por la actual sequía. De hecho, los resultados de los muestreos invernales realizados por la Estación Biológica de Doñana avalan la estimación de una reducción veinte veces mayor del número de anfibios en un año, como consecuencia de la falta de agua en las marismas".
Distintas formaciones políticas se han hecho eco de esta imagen. Por ejemplo, Esperanza Gómez, de Andaluces Levantaos expresaba que "Doñana se seca. Doñana se muere. No podemos quedarnos de brazos cruzados". Por su parte, Teresa Rodríguez, de Andaluces Levantaos, denunciaba que "algunos de los efectos son ya irreversibles. No es sólo la sequía, hay responsabilidades políticas. Que Doñana está seca es una realidad. La ausencia de lluvias es una causa, pero la sobreexplotación de los acuíferos y el robo ilegal de agua la están condenando a morir, sin que ningún gobierno haga nada. O peor, agravando el problema, como intenta el gobierno andaluz".
Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, anunciaba esta semana desde Huelva que invertiría más de seis millones de euros en mantener la diversidad del Parque. Sin embargo, esto contrasta con la ley que pretende regularizar hectáreas de regadíos en Doñana, una normativa que ha criticado duramente la Comisión Europea.
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