La organización Ecologistas en Acción ha denunciado la falta de transparencia de la Junta de Andalucía en la difusión de datos relacionados con la muerte de linces ibéricos, en especial aquellos que ocurren por causas humanas, como atropellos o furtivismo. Según la ONG, la administración regional está realizando una "labor parcial de transparencia activa", al no informar adecuadamente sobre estos incidentes, a pesar de su relevancia para la conservación de la especie.
El lince ibérico ha sido un símbolo de la recuperación de especies en peligro de extinción en España, y su situación ha mejorado considerablemente en los últimos años. Sin embargo, la elevada mortalidad por atropellos pone en cuestión las afirmaciones de que la especie ha dejado de estar en riesgo crítico en su hábitat natural, especialmente en Andalucía, donde se concentra una gran parte de su población, señala Ecologistas en Acción.
Este mismo miércoles, un nuevo caso ha vuelto a poner de relieve esta problemática. Un lince fue atropellado en la carretera A-6106, en el término municipal de La Carolina, en la provincia de Jaén. Este incidente se suma a otros dos ocurridos el pasado domingo: uno en Doñana, en el camino asfaltado de Villamanrique a Hato Ratón, y otro en Sierra Morena, en la carretera A-305, entre Porcuna y Arjona.
Con estas tres muertes, el número total de linces atropellados en Andalucía en 2024 asciende ya a 41. Solo en el mes de septiembre, ocho linces murieron atropellados en la provincia de Jaén. La comarca de Sierra Morena ha sido especialmente afectada, con 28 linces fallecidos en los últimos ocho meses en las provincias de Córdoba, Jaén y Granada. Por su parte, en Doñana, un área clave para la conservación de la especie, se han registrado 12 muertes por atropello en el mismo periodo.
A estos datos se suman las muertes por furtivismo, otro de los grandes problemas que enfrenta el lince ibérico. Según Ecologistas en Acción, tres ejemplares han sido abatidos ilegalmente en Andalucía en lo que va de año, lo que añade presión a una población que, aunque en recuperación, sigue siendo frágil.