Después de ocho años sin ayudas públicas, la Consejería de Agricultura, de la que depende también Medio Ambiente, ha publicado la resolución de las ayudas forestales, procedentes de la convocatoria de 2019, y aunque había previsto un importe de 106.045.473 euros, solo se han asignado 63,1 millones, ya que se han rechazado 543 expedientes de posibles beneficiarios, dejándose sin cubrir un total de peticiones de ayudas por valor de 43 millones de euros. Como confirman representantes del sector andaluz, del presupuesto con fondos europeos procedente del marco 2014-2020 para el Programa de Desarrollo Rural de Andalucía, la Junta no ha sido capaz de invertir un solo euro en bosques.
Las críticas le llueven a la consejera del ramo, Carmen Crespo (PP), ya que incluso fuentes del sector aseguran que "se ha saltado los procedimientos administrativos en la tramitación de las ayudas, ya que los problemas suscitados en los expedientes denegados pudieron haberse resuelto fácilmente después de dos años de la convocatoria. Eso ha creado mucho malestar de un sector que necesita las ayudas para hacer trabajo urgente en las explotaciones, más cuando en Andalucia llevaba 8 años sin convocatoria de ayudas".
En la convocatoria de ayudas de 2018 para incendios forestales, que contaba con una cuantía de 14 millones de euros, tan solo se ha aprobado 23 expedientes y se ha designado 127.384 euros, según las resoluciones publicadas por la Junta. Esto significa que en total la Consejería de Agricultura ha dejado sin asignar 57 millones de euros que debían de ir a los bosques andaluces y, en concreto, a la prevención de los incendios forestales. "Un verdadero desastre de gestión de la Consejería de Agricultura para un sector para el que desde hace ocho años no se ha convocado ninguna ayuda, algo que está afectando a nuestros montes y dehesas, que se están deteriorando y son cada vez más proclives a los incendios", aseguran las mismas fuentes.
Esta situación, que choca de plano con la propaganda que vende el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, y su supuesta "revolución verde", es "muy preocupante: el monte requiere inversión para su gestión porque su escasa rentabilidad no se lo permite; nunca se había dado una gestión de la Consejería tan nefasta y la consejera, a su vez, sigue en silencio", lamentan desde el sector.