Juan Luis, Eulogio, Pepe, Santiago, Ramón… Luis García Ruiz, catedrático de Derecho Constitucional y hombre clave en el Marco de Jerez en las últimas décadas (presidió el Consejo Regulador y Fedejerez), dedicó su Cátedra del Vino, en el Consejo Regulador, a algunos –a muchos– de "los hombres buenos" con los que se encontró en sus treinta años con distintos desempeños de primer orden en el sector vitivinícola jerezano. Luis García hizo una remembranza, con una cronología flexible, de estos "hombres buenos" en lo personal y/o profesional desde que en los años 70 desembarcó desde Madrid en su Jerez natal para desempeñar la gerencia de Sánchez Romate. Repasando su vida y algunos de los hechos acaecidos en el sector, García dio unas pinceladas de todos estos profesionales con los que se ha cruzado en su vis bodeguera.
García, de 77 años, no está en primera línea del sector desde que salió de la presidencia del Consejo Regulador (2003). Nunca se desvinculó por completo, claro, pero estaba muy lejos del recientemente fallecido Juan Luis Bretón, el primer "hombre bueno" que citó, que seguía directamente todo lo que ocurría en el sector y no tenía problema alguno en participar para cualquier reportaje o documental que se lo requiriera (uno de los últimos fue ‘Sherryland’, donde lo entrevista el doctor en Historia del Arte Manolo Romero). García aclaró que nunca quiso ser “un Pepito Grillo” del sector, ser crítico con cómo hacen las cosas los demás, los que han venido detrás y que, por eso, le costó incluso aceptar el ofrecimiento de la Cátedra.
Todos los nombres que cita son hombres. García recordó un momento a ‘las dos Pilares’ que ha habido en el sector, pero para afirmar que a Pilar Aranda no la conoció y a Pilar Pla apenas la trató. En su intervención citó a una tercera mujer, Carmen Romero, que fue gerente de Aecovi (cooperativas).
Eulogio Ingelmo, abogado y directivo de Febiba (luego Fedejerez) fue uno de los primeros nombres en que se detuvo. Para García, Ingelmo, que murió joven como consecuencia de una dolencia cardiaca, fue de alguna manera víctima de aquellos tensos años de la huelga de la Vid de 1991 (59 días), la disolución del Montepío de San Ginés de la Jara o incluso Darsa (las viviendas de las bodegas para los trabajadores). “Tengo la sensación de que a Eulogio” no se le hizo justicia, afirmó.
Luis Caballero, al que dio el título de ‘sir’ jugando con su apellido y su peculiar inglés, también mereció unos minutos, destacando su tenacidad y su olfato con la incorporación al grupo de una empresa del prestigio de Lustau.
Volvió sobre Bretón y “sus libretitas”, a partir de las cuales podría elaborarse, sin duda, el último medio siglo del Marco de Jerez, “un archivo viviente” del sector. García conoció a Bretón mucho antes de que ambos tuvieran cargos representativos en el sector y rememoró una visita a Londres durante un período en el que este ‘vasco de Jerez’ no trabajó en el Marco. Por cierto, la alcaldesa Pelayo, presente en el acto, anunció que Bretón será próximamente nombrado Hijo Adoptivo de Jerez a título póstumo.
Juan Luis Bretón será nombrado Hijo Adoptivo de Jerez en un próximo pleno
Juan Hidalgo García, Arcadio Saldaña, Juan Puerto y Rafael Balao fueron algunos de los "hombres buenos" del sector a los que destacó de sus primeros años al frente de Romate.
Con Pepe García de Quevedo, Antonio Barbadillo y Fernando García-Delgado cubre un período que va del inicio de la democracia a la entrada en la Unión Europea, un período muy duro para el vino de Jerez porque buena parte de sus ‘pactos’ y ‘especificidades’ del sector se vinieron abajo y comenzaron los primeros desfases entre ventas y producciones, poniéndose fin a esa época dorada que vivía el sector, entre otras cosas beneficiado como sector exportador por la autarquía franquista.
Tomás Osborne, Mauricio González-Gordon Díez o José Ignacio Domecq son otros nombres destacados del sector a los que se refirió. De Osborne destacó su tenacidad, de González su habilidad para llevarse “siempre el gato al agua y que encima le dieran las gracias” y de Domecq, la ‘nariz’ para siempre del Marco de Jerez, su elegancia natural.
Centrándose ya en su presidencia en Fedejerez y vocal en el Consejo Regulador –y los inevitables problemas con los viticultores en la época– citó a Pepe Pérez Luna, a Paco Galán y a Pepe Sierra, para los que tuvo buenas palabras. Esta es la época en la que García no tiene problema en decir que se dejó “más pelos en la gatera”, una época convulsa, y hace mención a un encuentro con Ramón Mora-Figueroa –el hombre del que tenía la percepción de que “movía todas las grandes decisiones desde las sombras”– para convencerlo de dar el paso a la patronal. Además, sostiene que “la venta de Domecq fue un antes y un después para Jerez”.
"La venta de Domecq fue un antes y un después para Jerez"
Pepe Estévez –“una fuerza de la naturaleza”–, Paco Valencia, “un excelente relaciones públicas”– o Antonio Páez Lobato y su tenacidad y espíritu visionario con la tonelería y el vinagre fueron otros de los nombres que citó a continuación, ya al borde de un sprint final antes de detenerse en Diego Ferguson y Toto Barbadillo, la labor complementaria de los hermanos Medina y su capacidad de “pasar de holandés a filipino sin doblarse”, José María Quirós, “el profesor afable”. Sus colabores Jaime Fernández y Jaime Mariscal en Fedejerez y Santiago Lledó en el Consejo Regulador fueron los últimos nombres elogiados en esta particular remembranza.
Aclaración del autor: en el acto hubo algunos problemas de sonido. Se citaron cuatro o cinco nombres más, pero es mejor no ponerlos a equivocarse…
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