Heineken, propietaria de Cruzcampo, Amstel o Desperados, negocia un ERE en España, donde tiene 1.590 trabajadores en sus plantas de Madrid, Sevilla, Valencia y Jaén, por la caída de las ventas por al covid. El recorte se enmarca en un plan de ajuste global anunciado hoy de unos 8.000 puestos de trabajo, el 9% de su plantilla mundial.
"La compañía ha presentado ante los representantes sindicales y las autoridades laborales su intención de iniciar un procedimiento de despido colectivo. El proceso legal iniciado con la constitución de la mesa de negociación exige actuar con la máxima responsabilidad y respeto, en un buen clima de diálogo, por lo que no podemos facilitar más información por el momento", han explicado fuentes de la compañía a Europa Press. Todo ello, "buscando el menor impacto social".
En la cervecera, que también cuenta con las marcas Ladrón de Manzanas, Paulaner, Guinness, Buckler, El Alcázar o Shandy, apuntan que la crisis de la covid, con una afectación "significativa", obliga a actuar rápidamente y con responsabilidad para adaptar la compañía a un mercado "diferente, más pequeño y lleno de incertidumbre".
En el 2020 el volumen de cerveza cayó un 20%, con peor comportamiento en el segundo y cuarto trimestre, pese a aumentar las ventas en el canal alimentario -supermercados, minoristas...-. "La Covid impactó de forma más significativa en el canal de hostelería con una pérdida de volumen entre el 30% y el 40%", se detalla.
"Estamos trabajando para que este proceso tenga el menor impacto posible en nuestras personas y a la vez nos permita aprovechar todas las oportunidades que ofrece el contexto actual, reforzando nuestra agilidad y flexibilidad", ha añadido la firma.
La medida se enmarca en el programa de mejora de la productividad lanzado por Heineken a finales de 2020 con el objetivo de lograr un ahorro bruto de 2.000 millones de euros para 2023. A nivel global se prevé una reducción de empleados de 8.000 personas, con un coste de unos 420 millones y un ahorro estimado en gastos de personal de 350 millones.
Heineken cerró el 2020 con unas pérdidas de 204 millones, frente a la ganancia de 2.166 millones del año anterior.
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