Una mujer se detiene con su coche frente a una jaula repleta de bombonas. “¿Nada, no?”, pregunta. En su rostro se observa preocupación. La misma que han sentido varios vecinos este miércoles al buscar sin descanso ese recipiente naranja que cada vez es más difícil llevar a casa. En la gasolinera Tamoil, ubicada en la avenida Puerta del Sur de Jerez, se ha notado la huelga de transportistas que afecta al país. “No, no han traído hoy”, contesta Isa, encargada del surtidor, a través del teléfono. Ya ha perdido la cuenta de las llamadas que ha recibido desde que comenzó el paro indefinido.
“Aquí el teléfono suena esporádicamente y, desde la semana pasada, llaman continuamente. La gente está desesperada buscando bombonas”, comenta. En la estación de servicio no queda butano. Las bombonas de los cajones no tienen tapón, están vacías.
“Desde la semana pasada, llaman continuamente”
Según cuentan a lavozdelsur.es, estos días, Carbis, la distribuidora oficial de Repsol butano, les suministra “un día sí y un día no y muy lentamente”. El camión suele descargar a partir de las 8.00 horas. Hoy tocaba recibir más bombonas, sin embargo, han pasado dos horas y el camión todavía no ha llegado.
“Nos han dicho que venían, pero no saben ni la hora concreta ni la cantidad que nos va a suministrar”, comenta Isa que, a primera hora, ya observó a un grupo de personas haciendo cola en la puerta. Aunque algunas estuvieron esperando por si llegaba el vehículo, todas se fueron con las manos vacías. “Llamé al depósito y me dijeron que iban a llegar, pero que antes tenía prioridad el reparto de las casas”, explica.
En la estación se palpa “la desesperación”. Con frecuencia, los coches se paran frente a la jaula con la esperanza de que alguna de las bombonas tenga tapón. Pero, conseguir este producto se ha convertido en una misión imposible. Y cuando la encuentran, su precio -regulado por el Estado- alcanza un nuevo máximo histórico tras su última subida. Desde el 14 de marzo cuesta 18,63 euros, un 33,5% más cara que hace un año, cuando en marzo de 2021 su precio era de 13,96 euros (4,67 euros más).
“Esto es increíble, no lo habíamos visto nunca”
Este lunes el camión suministró a la estación con 75 bombonas. “En cuestión de dos horas ya estaban vendidas. No llegamos ni al medio día”, dice la encargada. Ese mismo día, un cliente llegó a comprar seis garrafas de golpe y se las llevó en el coche. “Esto es increíble, no lo habíamos visto nunca”, expresan en la gasolinera.
Desde entonces, su respuesta a las familias que buscan butano o propano es negativa. No pueden guardarlas a los clientes ni tampoco asegurar cuando van a tener disponibles. Otro producto que peligra es el combustible. Al menos, durante los próximos 20 días, en Tamoil sí hay abastecimiento tanto de gasolina como de diésel. “Llevamos dos semanas sin recibir, pero hicimos un pedido grande y estamos servidos sin problemas”, asegura. Además, el precio “ya va bajando poco a poco”.
Familias de distintas ciudades y pueblos de la provincia gaditana se han acercado a Jerez para probar suerte. Esta misma mañana, un chico de Cádiz no ha logrado su cometido.
A la gasolinera Repsol, ubicada en el cruce de Cuatro Caminos, también se ha desplazado “muchísima gente” de fuera de la localidad. De Chiclana o de El Puerto, donde salta el contestador en cada intento de solicitar bombonas por teléfono.
“Debido a la huelga de transportes, estamos sufriendo desabastecimiento en nuestro almacén no pudiendo asegurar el reparto a domicilio. Aun así, deje su pedido grabado y le serviremos en cuanto tengamos existencias”, suena al otro lado del auricular.
En este surtidor aún quedaban 9 bombonas en torno a las 9.30 horas. “Tenemos desabastecimientos puntuales. Hoy tenemos butano, pero no propano, y ayer no teníamos ni uno ni otro”, señala José Luis Casaleiro, gestor de la estación de servicio de Repsol.
“Tenemos desabastecimientos puntuales”
En una jornada normal, cuentan con 60 bombonas diarias, pero actualmente, el suministro no llega a “30 cada dos o tres días”. Al igual que en otras expendedoras, las bombonas visibles tienen el tapón quitado.
“Al distribuidor no llegan los camiones, y a ellos no les llega, a nosotros tampoco”, comenta poniendo de manifiesto una cadena que se rompe en cuanto un eslabón falla.
Desde la gasolinera, ubicada en la entrada de la ciudad, comparten que muchos clientes “se recorren todo Jerez” para nada. La última vez que un camión se detuvo fue el viernes pasado. “La gente lo vio y la rotonda se llenó de coches, venían con las bombonas vacías”, dicen.
Ciudadanos y trabajadores de los surtidores esperan que el problema se solucione cuanto antes. “Ponedle una velita a Santa Rita a ver si Pedro Sánchez se quiere reunir ya”, comenta el gestor con ganas de volver a la normalidad.
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