La situación de Inditex en los últimos meses no solo ha venido marcada por la pandemia, aunque ésta sea la clave. Porque el gigante textil español, propietaria de marcas como Zara, Massimo Dutti o Oysho, entre otros, venía de marcar un rumbo hacia la digitalización. Durante el confinamiento, pasaron dos cosas que afectaron a los trabajadores: a pesar de anunciar primero que se acogerían a un ERTE, la empresa dio marcha atrás y decidió pagar el 100% de los salarios sin ayudas públicas. La otra es que Pablo Isla, el CEO y sucesos en la dirección de Amancio Ortega, puso cifras a los cierres de tiendas que conllevaban esa digitalización: entre 250 y 300 en España. No para perder fuelle, sino para abrir tiendas más grandes en centros comerciales, echando el cierre en otros establecimientos más pequeños, principalmente en los centros de las ciudades.
Después de ser durante años los reyes de las calles más comerciales en ciudades grandes y medianas, Inditex ha decidido entrar en la dinámica de grandes firmas, para optar por ser más fuertes en el canal online. Por ejemplo, han pedido fondos públicos a los que tendría derecho, en líneas para grandes corporaciones, con los que ampliar su sede en Arteitxo, Galicia, donde incluso grabar contenidos para sus redes sociales y llenar su página web, cambiando los formatos de catálogos web.
En esas, muchos cierres ya se han ido produciendo. Este lunes 26 de octubre, los dos principales sindicatos en la plantilla, UGT y CCOO, firmaron un acuerdo marco con Inditex para mantener los puestos de trabajo. No han llegado a tiempo para incluir en ellos a trabajadores de Cádiz, pero no ha habido, por el momento, despidos, sino que se están ofreciendo alternativas fuera del marco acordado. Ese acuerdo, que luego llevarán los comités de cada marca a sus respectivas negociaciones, servirá de base para que se priorice, por ejemplo, la movilidad a tiendas próximas en lugar de otras más lejanas. "La última opción será la indemnización y el despido, cuando el propio trabajador considere que es la opción que más le conviene", señala Cristina Estévez, secretaria federal de Comercio de UGT a nivel nacional.
"Con la pandemia han acelerado la digitalización, es una realidad, porque los confinamientos han llegado, tememos, para quedarse. Estábamos asusttados con los cierres", explica. Sin embargo, sí habla con un tono conciliador con la empresa porque entiende que ha decidido avenirse a respetar los puestos de trabajo, una prioridad cuando se sentaron a negociar. "Nos pusumos manos a la obra para hacerlo realidad y lo hemos concretado esta semana en el acuerdo". Éste implica cubrir vacantes, reconversión de puestos de trabajo, movilidad incluso entre marcas.
Eso genera, eso sí, un gilpe para los centros de las ciudades. "Sobre todo en pequeñas ciudades se nota. En ciudades grandes como Madrid o Barcelona el impacto es menor. No tenemos aún el listado de afectación de cada lugar". En este tiempo se han producido propuestas y traslados para ir fuera de Andalucía. "En los cierres que quedan en Cádiz el expediente se ha paralizado, para que esos trabajadores sí puedan acogerse al acuerdo que ahora se va a desarrollar en cada marca. Hablamos de que ha sido hace muy poco y aún estamos explicándolo a nuestros delegados", indica desde UGT. No se acogerían los de cierres como Lefties o Zara en Cádiz o Jerez, en Algeciras. Una veintena, a día de hoy, están colgados, porque continúan las llamadas, indican fuentes de la plantilla, para que acepten las salidas pactadas.
Si se van a abrir procesos estatales, ¿por qué tienen prisa en cerrar en Cádiz?
"Primero, se prioriza lo cercano. El cambio de provincia es algo que viene ya como una opción muy abajo en el plan, y se dan ayudas especiales por traslados. A veces es para volver a una ciudad de origen del empleado que puede interesarle, y se compnesa para mudanza y alquiler".
Algunas condiciones cambiarán, explica, como los horarios. "Si en una tienda estás rotando las mañanas, por ejemplo, en la nueva tienda puede ser diferente. pero hay que recordar que es la única empresa estatal de comercio que ha firmado esa garantía de empleo. Incluso, si tienes un contrato de 40 horas, te lo mantienen, no se reduce".
Con lo que "no podemos hacer nada es con los eventuales. Esos contratos que se firmaban por temporada prácticamente han desaparecido en el sector. Lo normal son de tres meses, para cubrir bajas o vacaciones. Para eso sí nos vemos totalmente imposibilitados, no hay una herramienta para forzar a la empresa a que se mantenga".
La secretaria provincia de CCOO para el comercio en Cádiz, Begoña López, no lo ve tan claro. "No entendemos por qué el grupo Inditex ha puesto el acelerador en los cierres en Cádiz. Este acuerdo comenzó a negociarse a principios del verano, y desde entonces se han producido cierres. Si se van a abrir procesos estatales, ¿por qué Cádiz cierra antes y anuncia más?", se pregunta.
Este jueves, plantilla y vecinos se movilizaron por la mañana en el centro de Cádiz para luchar por mantener tiendas que en realidad no dan pérdidas. "Hemos pedido por escrito que incardinen la situación al proceso estatal. Mientras, siguen con presiones, ofreciento exiguas jornadas o desplazamientos a localidades lejanas a los trabajadores".
Y va a más. "Tal número de cierre de tiendas en Cádiz, que se queda sin nada, no solo implica a la plantilla, sino al equilibrio de vida de la ciudad. La calle Columela se va quedando vacía y desertifica el centro. Eso tendrá implicaciones en otros negocios, con la gran tasa de paro que ya hay. No es lo mismo que estuvieran en varias localizaciones, están todas en la misma zona". Así, piden a Inditex "que reflexionen sobre su responsabilidad en estos espacios de las ciudades. Y si no, que negocie con los trabajadores en el marco estatal".
Por lo pronto, una batalla sí está ganada, la de no verse en la calle. Pero la responsabilidad que lleva años, parece, autoexigiéndose Inditex, va a mermar los centros de las ciudades. Una realidad que el acuerdo estatal firmado no va a solventar.