El Ministerio de Defensa buscaría reemplazar parte de los aviones de combate que tiene en la actualidad con el cazabombardero de combate de quinta generación Lockheed Martin F-35 Lightning II, uno de los aviones más sofisticados y versátiles del mercado. Antes de la llegada de los primeros F35 el buque portaaeronaves Juan Carlos I tendría que ser objeto de inversiones para su modernización, al igual que el aeródromo de la Base de Rota.
El objetivo sería adquirir medio centenar de unidades, 25 del tipo F-35A –de despegue y aterrizaje convencional (CTOL), para el Ejército del Aire (aunque eso no parece claro por su apuesta por el programa Eurofighter)– y otros tantos F-35B –capaz de realizar despegues cortos y aterrizajes verticales (STOVL)– para la Armada española, que sustituirían a los veteranos aviones de la Novena Escuadrilla, compuesta por 12 Harrier AV8B+ y 1 TAV-8B, embarcados en el Juan Carlos I. Según ya publicara el prestigioso portal Janes, la selección del F-35 estaría prevista para 2025 y las entregas deberían comenzar aproximadamente en el 2027.
Lockheed Martin también fabrica una tercera versión, el F-35C, que es una variante naval capaz de operar en portaaviones.
La operación, contemplada en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el año próximo, supone destinar 220 millones de euros en 2023 con el objeto de renovar cazas de combate. Estos programas superan los 10.750 millones en los próximos años, una enorme inversión sometida a presiones políticas en España pero que forma parte de los compromisos adquiridos con la OTAN y los Estados Unidos.
El #JuanCarlosI se encuentra realizando los ejercicios Marfibex, en los que junto al #Castilla, la #5ªEscuadrilla, el #GrupoNavalDePlaya y la #InfanteríaDeMarina, ponen en práctica procedimientos anfibios contando con medios aéreos.#SomosLaArmada🇪🇦⚓ pic.twitter.com/oigw3G057H
— Armada (@Armada_esp) October 26, 2022
El presupuesto de Defensa alcanzará en España los 12.825 millones de euros en 2023, “un presupuesto para la paz; impulso a las capacidades militares y a la Base Industrial y Tecnológica de la Defensa y el empleo”, según fuentes ministeriales.
“El incremento previsto del presupuesto de Defensa permitirá, por una parte, mantener las capacidades operativas disponibles en la actualidad, así como adquirir nuevas capacidades y sustituir aquellas que vayan quedando obsoletas”, que es el caso de los viejos pero aún operativos Harrier de la Armada lo que, unido a un incremento del adiestramiento de las unidades, facilitará mantener el nivel de operatividad necesario de las Fuerzas Armadas en su conjunto en el contexto de seguridad actual.
El compromiso de España con la OTAN
El presupuesto del Ministerio de Defensa para 2023, sin los programas especiales de modernización, se cifra en 7.752 millones, un 6,5% más que en el ejercicio 2022, alcanzando los 7.923 millones, un 8,5 % más que en este último ejercicio, si se incluyen los fondos europeos.
El Presupuesto de Defensa contiene 4.902 millones, destinados a inversiones de los programas especiales de modernización, que contribuirán a crear 22.667 empleos de forma directa o indirecta. Dicha cuantía sumada a los 7.923 millones supone un aumento de las políticas destinadas a Defensa de un 25,8%, que permite avanzar hacia el compromiso alcanzado con la OTAN de destinar al gasto en Defensa el 2% del PIB en 2029.
Con el incremento del 25,8% en las políticas de Defensa se cumplirá con el objetivo de alcanzar el 1,2 % del PIB. Son proyectos relevantes para la economía y el empleo como, entre otros, el programa EF-2000 en Getafe; el programa A-400M que ha permitido contar con una línea de ensamblaje final en Sevilla; el programa S-80, en Cartagena; el programa BAM-IS en la bahía de Cádiz; los programas asociados F-110, en Ferrol o los programas asociados VCR 8x8, repartido entre Asturias, Sevilla, Guipúzcoa y Madrid.
Hay nuevos programas que destacan por su repercusión en el empleo, como el programa para el Avión Patrulla marítima MPA, el programa para los Buques hidrográficos o el programa para el Avión Vigilancia Marítima VIGMA, entre otros.
La partida destinada a gastos de personal experimenta una subida del 6,2% respecto al presupuesto base del año 2022, con un incremento retributivo que va en la línea de la mejora salarial de hasta un 3,5 %, prevista para los empleados públicos en los presupuestos generales del Estado de 2023.
A favor del F35
La Armada española ya habría expresado en clave interna su opinión favorable al Lockheed Martin F-35 Lightning II (en inglés, rayo II), que es un avión de combate polivalente de quinta generación, monoplaza y con capacidad furtiva, desarrollado bajo el programa Joint Strike Fighter para reemplazar al F-16, A-10, F/A-18 y al AV-8B en misiones de ataque a tierra, reconocimiento y defensa aérea.
El F-35 está desarrollado, producido y apoyado por un equipo internacional de aliados gubernamentales y líderes de la industria aeroespacial. El Programa F-35 está administrado por la Oficina del Programa Conjunto F-35 del Pentágono. La Fuerza Aérea, el Cuerpo de Marines y la Marina de los Estados Unidos están adquiriendo y operando F-35. Hay ocho socios internacionales del programa: Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Australia, Noruega, Dinamarca y Canadá.
Seis clientes más también están adquiriendo y operando el F-35: Israel, Japón, Corea del Sur, Polonia, Bélgica y Singapur. Lockheed Martin sirve como contratista principal con una cadena de suministro global de más de 1.900 compañías con sede en los Estados Unidos y en todas las naciones que adquieren el F-35.
De acuerdo con el pronóstico económico estándar aceptado por la industria, el F-35 es responsable de más de 254.000 empleos directos e indirectos en los Estados Unidos.
Igualmente, impresionante para la destreza de creación de empleo del programa es el tamaño de su huella económica. El programa Lockheed Martin F-35 se asocia con casi 1.800 proveedores nacionales en 45 estados y Puerto Rico para producir miles de componentes, desde sensores de radar altamente sofisticados hasta el fuselaje medio de la aeronave.
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