El sector pesquero español, representado por la Confederación Española de Pesca (Cepesca), permanece expectante ante la perspectiva de que el Gobierno no mantenga la subvención de 0,20 euros por litro de carburante, que fue incluida en el paquete de ayudas aprobado el 30 de marzo de 2022 para hacer frente a la crisis provocada por el incremento de los costes de actividad debido al conflicto bélico en Ucrania.
El sector espera que el nuevo plan de ayudas que prepara el Gobierno, que tendría que estar aprobado antes del 1 de enero, prorrogue esta medida, al menos para el sector primario, vital en Europa, ya que sobre él descansa el suministro de alimentos para la población.
Esta ayuda, que vence el próximo 31 de diciembre como todo el plan, consiste en una subvención de 20 céntimos de euro por litro de carburante, de los que 15 céntimos corresponden al Gobierno y los 5 céntimos restantes corren a cargo de los proveedores.
Las opciones del Ejecutivo
El Gobierno estudia suprimir el descuento de 20 céntimos en los combustibles para destinarlo a ayudas a la compra de alimentos pero mantendría la subvención para profesionales pero como parte de la devolución que se les ingresa a fin de mes. PSOE y UP discuten entregar un cheque a las familias y bajar el IVA de alimentos básicos. Se prorrogará la rebaja de los impuestos de la luz.
La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, aseguró días atrás que la subvención generalizada de 20 céntimos por litro de combustible es una medida "controvertida", y admitió que el Ejecutivo estudia mantenerla solo "para algunos sectores" económicos.
El sanluqueño Javier Garat, secretario general de Cepesca, afirma en un comunicado que “esta ayuda es imprescindible para dar algo de aire a las flotas de bajura y altura, duramente castigadas por el aumento de los costes de producción, los recortes en el Mediterráneo, el cierre unilateral de 87 zonas a la pesca de fondo en las aguas europeas del Atlántico noroeste, la reducción de cuotas para algunas especies, o la competencia desleal que ejercen flotas como las asiáticas que, sin cumplir los mismos estándares de calidad, socio económicos y de respeto al medioambiente, siguen introduciendo sus productos para el consumo de los ciudadanos europeos”.
Según Garat, “eliminar esta ayuda e incrementar el gasto energético puede ser el golpe de gracia que ahogue a buena parte de la flota de bajura y de altura y que ponga contra las cuerdas a muchos armadores”.