Andalucía y, muy especialmente, la provincia de Cádiz se han comportado tradicionalmente como islas dentro del mercado laboral español, y europeo. Las cifras autonómicas y las gaditanas siempre han estado a una distancia sideral de los porcentajes que se manejaban a, relativamente, pocos kilómetros.
Navarra, Baleares, Euskadi, Asturias o Madrid han tenido de forma habitual un comportamiento diferente a la hora de crear y conservar puestos de trabajo, con cifras que en algunos casos rozan el pleno empleo (que está por debajo del 8% o el 5% según a qué experto se consulte).
Mientras esas zonas de España tenían los mismos números que el tercio Norte de Italia, Francia o la omnipotente Alemania, apenas a media jornada en coche convivían los números de Cádiz, con porcentajes de paro que han llegado a superar el 35% de la población activa, una anomalía sólo comparable con registros del tercer mundo, inconcebibles incluso en muchos países europeos con economías mucho más débiles que la española.
En el año recién terminado, en 2023, en el trienio recién acabado (2021-2023) cabe celebrar que Andalucía y la provincia han tenido un comportamiento similar al del resto de España. Además, de forma constante. Por una vez han sido comparables los alivios en los niveles de paro, equiparables, aunque las distancias aún son dramáticas, abismales. Las evidentes mejoras en los números, con todo, tienen paralelismos entre España, la comunidad autónoma y Cádiz.
En las tres escalas, el número de demandantes de empleo es el más bajo desde 2007. Así, la provincia acaba 2023 con 131.221 registrados, cerca de la simbólica frontera de los 130.000 tras recortar 7.445 a lo largo de los doce meses. Nada menos que un 5,3% de bajada interanual.
En el caso de Andalucía, el número de parados cuando se comían las uvas era de 694.940 demandantes, por debajo de la cifra simbólica de los 700.000 apuntados, algo que no se vivía desde 2007, justo antes del comienzo del ciclo de crisis hipotecarias que se extendieron de 2008 a 2013.
El mercado laboral estatal cerró el año con 130.000 parados menos que en 2022, lo que rebaja el total hasta los 2,7 millones, también es la mejor cifra en 17 años. En los doce meses se crearon más de medio millón de empleos (539.740).
Esos 17 años parecen bastante y aún ganan importancia cuando, también en los tres parámetros (estado, región, provincia) el número de inscritos en los distintos regímenes de la Seguridad Social, la cifra de cotizantes, es la más alta desde que hay registros.
Si Mariano Rajoy, como presidente del Gobierno, suspiraba por los 18 millones de inscritos como garantía para superar la crisis demográfica y de pensiones que ya se vaticinaba en su etapa al frente del Ejecutivo, resulta que 2024 comienza con casi 21 millones.
No se alcanza el récord del pasado mes de julio (20.891.885 afiliados) pero se cierra el año muy cerca, con unos 50.000 menos.
Detalles y vaticinios
Las cifras generales son indiscutiblemente positivas, incluso en un entorno económico muy complicado, con la mayor tensión inflacionista en décadas, con todo tipo de suministros, además de esos precios, amenazados por dos guerras de alcance global apenas un año después de cerrarse la peor pandemia en un siglo.
Con todo, son tres años de bajadas consecutivas en el paro (provincia, Andalucía, España), tres años consecutivos de incremento de personas dadas de alta, inscritas. Eso sí, al entrar en el desglose, aparecen algunos elementos que moderan el optimismo.
El primero es que el ritmo de creación de empleo decrece. De los tres años de alivio (2021, 2022 y 2023), el último es también el que menos recortó el desempleo en la provincia y en Andalucía, aunque el efecto positivo se sume a los dos anteriores.
Los motivos para enfriar el optimismo son dos: el paro baja cada vez a menos velocidad y la dependencia del sector servicios es absoluta
Otra de las preocupaciones en el caso de la provincia es el freno a la industria, la agricultura y la construcción, con lo que supone de severa dependencia del sector servicios (hostelería, comercio, turismo). Para confirmar la impresión, los datos. De los 3.042 parados menos, en Cádiz, entre final de noviembre y final de diciembre de 2023, el 90% pertenecen al sector servicios (2.893 personas menos en desempleo).
El resto de sectores estratégicos casi ni se mueven en la provincia. Industria creció en cinco empleos, solo cinco. Agricultura bajó en 71 y la construcción retrocedió en 450 puestos de trabajo.
El impacto de las campañas de comercio y vacaciones es tan fuerte que de cada cinco andaluces que salieron del paro el pasado diciembre, uno era gaditano. Casi 3.000 recortó la provincia de los 15.813 en Andalucía.
El apartado de autónomos, a nivel nacional, también muestra signos de ralentización. El crecimiento sigue, con 16.000 más en 2023, hasta los 3.344.368 registrados pero la subida es mucho menor que en años anteriores por el constante cierre de pequeño comercio tradicional en los cascos urbanos de las grandes, medianas y pequeñas poblaciones de toda España.
El ritmo de bajada del paro en toda la comunidad autónoma también muestra signos de agotamiento, son 32.157 menos en 12 meses. En los dos años anteriores, la bajada fue mayor. Esta evolución hace pensar que durante 2024 los niveles de alivio serán ya muy cortos o incluso se detendrán, se quedarán congelados.
La mayor esperanza está en que los niveles de consumo de ocio y turismo, disparados desde 2021 sin pausa aunque con oscilaciones, podrían provocar nuevos récords de contrataciones durante el próximo verano, con bajadas añadidas en las listas de desempleados en toda Andalucía y, muy especialmente, en provincias costeras como la de Cádiz.
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