Hace cuatro años que Encarnación, Nanny para los amigos, de 30 años, se matriculó en el Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía (IEDA) para sacarse el graduado escolar. Ahora cursa bachillerato de Humanidades, cuando saca tiempo entre su trabajo y la crianza de su hijo, y no descarta comenzar una carrera cuando lo termine. Así recuperó el tiempo perdido durante su adolescencia, cuando quiso seguir estudiando —"sacaba buenas notas", dice—, pero tuvo que abandonar porque sufría acoso escolar.
"Cuando fui madre, en 2016, a los 26 años, me planteé que quería hacer cosas por mí", cuenta cuando atiende a lavozdelsur.es. Ella es una de las 5.000 alumnas del IEDA, creado en 2011, un organismo que la Junta de Andalucía quiere ahora desmantelar. "Querido IEDA, eres mucho más que un centro de educación a distancia. Eres esperanza y segundas oportunidades. Eres complicado, porque lo eres, pero también eres enseñanza y no solo me refiero a asignaturas o idiomas. Me refiero a mostrar el camino a personas que están perdidas", escribe Nanny en una carta redactada tras conocer las intenciones del Gobierno andaluz.
"Esto va a tener una repercusión enorme sobre todo en la calidad de la enseñanza", se teme Nanny, ya que la idea de la Junta es implantar "un nuevo modelo descentralizado", pasando de tener una sede física en la localidad sevillana de Camas a impartir clase en Institutos Provinciales de Educación Permanente (IPEP), Escuelas Oficiales de Idiomas (EOI) e institutos andaluces. "Estamos todos bastante cabreados y tristes", sostiene la alumna del IEDA, que se queja de haber conocido la noticia a través de la prensa. "No sabemos nada, nadie nos ha dado una explicación, ni nos ha preguntado cómo nos sentimos. Tenemos una sensación de cierto abandono".
"Hoy me siento triste y llena de impotencia, pero también me vuelvo a sentir abandonada. Como cuando tenía 16 años y nadie salió corriendo detrás de mí para decirme que no era yo la que tenía que huir de esa situación. Hoy tengo 30 años y siento que sigo en manos de políticos y de personas a las que mi vida y desde luego mi futuro no les importa nada", expresa Nanny en su carta. "No sé si este cambio será para bien o para mal. Pero sí sé que yo no lo quiero, y como me considero una pieza más del puzle no quería quedarme callada. Detrás de esta pantalla están las personas que han confiado en mí, que me han llamado por teléfono y me han dicho ¡Venga, que tú puedes! y quiero seguir descubriendo mi camino con ellos".
"A finales de febrero los rumores inundan los pasillos de nuestro centro; ninguna voz autorizada se manifiesta. Nuestro alumnado, ignorante de lo que sucede, confía en continuar con nosotros el próximo curso. Algo que hoy se muestra ya imposible", lamentaba Javier Almodóvar, profesor del IEDA, en sus redes sociales hace unos días. "Hace 12 años se creó el IEDA (Instituto de Enseñanzas a Distancia de Andalucía) para ofrecer una nueva oportunidad de formación a quienes no pudieron en su momento completarla", contaba.
"A lo largo de los años hemos pasado por el centro decenas de docentes empeñados en facilitar a nuestros estudiantes el tránsito por nuestras enseñanzas; y también esforzados en la creación de los contenidos, tareas y recursos que favorecieran su aprendizaje: más de 25.000 objetos digitales educativos puestos libremente a disposición de toda la comunidad educativa (alojados en la web CREA, Contenidos y recursos educativos de Andalucía)", reseñaba el profesor, quien asegura que del cierre del IEDA, "alguien resultará favorecido", ya que "las academias y centros privados ya han sido autorizados a ofrecer titulaciones oficiales a distancia".
La Consejería de Educación y Deporte asegura, en declaraciones a eldiario.es, que el IEDA "no se quita, sino que se descentraliza y se amplía la oferta". "Se trata de actualizar el modelo del IEDA amplificando su oferta al llevar toda su experiencia a distintas sedes en Andalucía, facilitando al alumnado la posibilidad de obtener respuesta a sus circunstancias personales a través de estas enseñanzas". El Gobierno andaluz señala que se usará "el mismo modelo pedagógico del IEDA" para "lograr una mejora en la atención del alumnado prestando una asistencia y una tutorización más directa".
Alumnas como Nanny viven días de incertidumbre, sin saber cómo será la enseñanza que recibirán en los próximos cursos. "No me quita las ganas de seguir porque tengo muchas y no voy a tirar por la borda todo el esfuerzo", comenta. Su carta la remata así: "He conocido a otras madres y también padres que luchaban por lo mismo que yo. Pero también he conocido a abuelos queriendo hacer eso que no tuvieron oportunidad de hacer en sus tiempos y adolescentes que no podían realizar sus estudios de forma presencial porque una grave enfermedad se lo impedía y así, con nuestros diferentes perfiles, entre todos construimos esta forma de avanzar, de mejorar y de curar".