Encima de cojines, con sus mochilas a cuestas, deL Capitán América, los Minions o Los Pitufos, el alumnado de un colegio rural de Conil, concretamente del CPR San José de Calasanz, grita consignas a coro con sus padres. "Nos gusta nuestro cole", "un maestro más, para la rural" o "queremos seguir en Campos de Conil", son sus proclamas.
El Colegio Público Rural (CPR) Campos de Conil engloba a seis centros educativos, repartidos por el término municipal de la localidad, diseminados en distintos puntos del Conil rural. San José de Calasanz, Jesús Maestro, Casa de Postas, La Isleta, Majadales de Roche y Rincón Juan Arias componen este CPR, cuya comunidad educativa lucha por la ampliación de líneas.
En San José de Calasanz, situado en el Carril de los Mendoza, hay poco más de una veintena de alumnos en segundo de Primaria, 17 de los cuales están dispuestos a cursar el segundo ciclo en el centro, que no tiene líneas para tercero y cuarto, que la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (Ampa) lleva años reclamando. "Hemos ido dando pasos para adecuar las escuelas y que tengan un atractivo, porque cuando llegamos parecía tercermundista", comenta Gloria Santos-Menis, presidenta de la Ampa. Gracias a estas mejoras, el alumnado se ha triplicado en cinco años.
Durante la cojinada, como llaman a su original protesta, piden a la delegación territorial de Educación de la Junta de Andalucía que amplíe las líneas del CPR, porque alumnos y aulas hay. "Solo hace falta voluntad", expresan. Y se temen que no la haya. Tras la última reunión, la delegada territorial de Educación, Isabel Paredes, trasladó que la posible ampliación del centro está pendiente de la modificación del PGOU por parte del Ayuntamiento, ya que se encuentra en suelo no urbanizable.
La Ampa, y las madres y padres del CPR Campos de Conil, temen que se trate de "excusas" para no ejecutar una ampliación que se puede realizar. La Junta ya arguyó que se había pedido fuera de plazo, por lo que no parece que para el siguiente curso se vaya a hacer efectiva. "Contamos con el espacio, con el número suficiente de niños y niñas para cursar tercer curso y solo falta la voluntad por parte de la Junta de Andalucía para que sea una realidad", insisten desde la Ampa, que critica que el "único argumento" se basa en un informe de hace seis años que solo evaluó una parte del colegio.
La comunidad del CPR Campos de Conil defiende un modelo educativo, muy ligado al mundo rural, en el que las niñas y niños debaten con sus compañeros de clase —se siguen haciendo asambleas en Primaria, algo que no pasa en otros centros—, disfrutan de la naturaleza y aprenden en clases desahogadas, muy alejadas de las altas ratios que se dan en otros lugares. Para los estudiantes del CPR San José de Calasanz, la alternativa es continuar los estudios de Primaria en el CEIP El Colorado, donde se superan por mucho la veintena de alumnos por aula.
"A los niños se les nota que aquí están más felices", comenta José Antonio Bellido, padre de dos niños de cuatro y seis años. "A mi hijo chico le ha cambiado la actitud. Antes estaba en otro colegio y llegaba triste a casa, ahora todo lo contrario", agrega. Fernando Amado, padre de un niño de seis años, comenta que el colegio "es precioso, tiene muchos árboles, un huerto...", y destaca también la atención más personalizada que reciben los pequeños en este colegio rural.
"Cuando algo funciona tenemos que conservarlo. Las familias del Campo de Conil consideramos a nuestro cole como un tesoro que queremos conservar. Queremos que nuestros hijos e hijas continúen sus estudios ahí. Que una educación de calidad, de cercanía con las familias, que atiende las necesidades específicas de cada alumno y de cada alumna, que apuesta por la diversidad y en un entorno amable ya existe, y es posible gracias a la baja ratio con la que contamos", se encarga de recordar la Ampa.
Entre los seis centros diseminados que componen el Colegio Público Rural Campos de Conil suman unos 130 alumnos, residentes en entornos rurales, un tipo de modelo educativo que se temen que esté en peligro. "En defensa de las escuelas rurales, por la ampliación de la Educacion Primaria", se lee en la pancarta que coloca la Ampa durante la cojinada. Teresa, madre de Mateo, pide a la Junta que los pequeños se queden en este centro. "Hay menos niños por clase, el entorno es más amable, la comunicación con los profesores es muy fluida... hay muchas ventajas", comenta.
"Habrá familias que directamente matriculen a sus hijos en otros centros, sabiendo que cuando lleguen a tercero de Primaria tendrán que cambiarlos", lamenta Isabel Hurtado, una de las madres afectadas. "Nos pusieron como excusa la falta de alumnado, cuando se demostró que había, se habló luego de falta de espacio, después de la licencia para ampliar...", lamenta Gloria Santos-Menis, presidenta de la Ampa. En el CPR Jesús Maestro hay un aula que se puede dedicar a este fin, y una terraza con un cerramiento que se puede convertir en dos aulas.
Por su experiencia, las evasivas de la Administración y la tendencia en otras partes de España, las madres y padres aseguran que "la tendencia natural de las escuelas rurales es desaparecer". Gloria, Isabel, José Antonio o Fernando, entre otras muchas madres y padres de estos centros rurales, desde luego, lucharán para que el CPR Campos de Conil se mantenga con vida.
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