El centro católico concertado María Alberta de Palma, perteneciente a la Congregación de Religiosas Pureza de María, ha prohibido los uniformes femeninos porque "hay niñas que llevan la falda muy corta".
La dirección del centro asegura que es "muy difícil regular" el largo de la falda y por este motivo ha decidido que las alumnas lleven el mismo uniforme que los alumnos: pantalones de color beige, polo blanco y jersey azul marino. Para el verano, bermudas de color beige, como las que visten los chicos.
De esta forma, con un mismo uniforme para todo el alumnado, el centro argumenta que se evitarán "desigualdades" y "cuestiones de género". Además, en el caso de los complementos, se ha pedido que sean "discretos" y "sin ostentación".
El capítulo de las prohibiciones va a más y no se podrán llevar tatuajes visibles, las uñas pintadas o el pelo teñido de colores no naturales. Quien incumpla las normas enviadas a las familias serán sancionados con una falta disciplinaria.