Los alumnos del CEIP Miguel de Cervantes, en el municipio de Olvera, deben desplazarse cada día en un recorrido de más de un kilómetro para poder hacer uso del comedor escolar del centro San José de Calasanz, ya que en el suyo no cuentan con estas instalaciones; un camino muy largo para los más pequeños, de tres años. Deben hacerlo, además, agarrados de una cuerda para no perderse.
Las familias de la asociación de padres y madres del colegio llevan meses reclamando que se instale un comedor escolar en el centro, y este miércoles volverán a protestar al respecto. A las seis de la tarde han convocado una marcha realizando el mismo recorrido de 1,4 kilómetros que cada día hacen los menores, desde el colegio Miguel de Cervantes hasta el San José de Calasanz, para denunciar la situación y solicitar una vez más una solución a la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía.
Además de la instalación del comedor, también reclaman más recursos de personal, puesto que en el centro hay 38 niños con necesidades educativas y además no cuentan con un enfermero escolar.
Desde la Ampa señalan que se trata de un recorrido peligroso, puesto que transitan por zonas de gran afluencia de tráfico, y, según informa Diario de Cádiz, no están dispuestos a volver a la misma situación en el próximo curso, por lo que demandan a la Junta la instalación de un comedor en el centro.
Entre el alumnado de Educación Infantil y Primaria, quince niños se ven obligados a desplazarse cada día al comedor del centro San José de Calasanz. Las familias ya han llevado a cabo varias protestas, como no llevar a los niños a clase o que entren una hora más tarde, pero, hasta ahora, la Junta de Andalucía no les ha ofrecido ninguna alternativa a la situación "injusta" que viven.
Según informó la propia asociación de padres y madres en sus redes sociales, la Delegación de Educación se reunirá con ellos el próximo 30 de abril. "Lo único que está haciendo es demorar la situación", señaló la asociación en una publicación.
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