Una media de 2,5 kilos suben los estudiantes universitarios en su primer año. Un dato que se deduce de una investigación realizada por la Universidad de Georgia (Estados Unidos). Los investigadores sugieren al respecto que no es inevitable, pero que para contrarrestar este aumento de peso no bastaría con dar un simple paseo por el patio.
El estudio refleja que es una cantidad bastante considerable, sobre todo para los alumnos que ya tienen sobrepeso. La aplicación de pautas saludables desde principio de curso puede ayudar a reducir el aumento de peso. Según la investigación, en el primer año de carrera no se aprecia precisamente mucho ejercicio entre los jóvenes. Lo recomendable, según la Asociación Americana del Corazón, es que los adultos realicen unos 150 minutos semanales de actividad aeróbica de una intensidad moderada o la mitad del tiempo pero en un ejercicio intenso.
Solo dos de cada cinco alumnos cumplían el nivel de ejercicio reflejado. La actividad física de los estudiantes analizados era moderada y se limitaba a caminar por el campus o ir en bicicleta a ritmo de paseo. Durante el primer semestre en la universidad, casi el 70 por ciento de los estudiantes reflejó no realizar ninguna actividad física de manera habitual y vigorosa. El 40 por ciento reconoció que no hacía un ejercicio suficiente como para empezar a sudar y jadear.
Como resultado, los estudiantes del estudio vieron aumentos modestos pero significativos en el índice de masa corporal (IMC). Los estudiantes también añadieron una media de algo más de 3 libras (1,4 kilos) al final del semestre, lo que parece poco, pero que se acumula fácilmente con el paso de los años en la universidad. El estudio también demostró que el plan de comidas que llevaban los jóvenes no precedía significativamente el aumento del peso.
"El mensaje de este estudio es que tenemos que hacer un mejor trabajo para ayudar a los jóvenes a ser activos, porque eso afecta a lo activos que son también más adelante en la vida", resume el estudio.