“Papá, me han insultado y me han llamado puta”. Son las palabras que el 27 de abril una niña dijo a su padre Antonio Rivera cuando llegó del colegio. Al parecer, había vivido una situación de violencia verbal en el CEIP El Juncal, en El Puerto, donde cursa 3º de Primaria.
Según su progenitor, la pequeña le contó que había tenido un problema con niñas mayores y que le habían insultado. “No le dí mucha importancia, pensé que era algo puntual, una riña escolar”, comenta a lavozdelsur.es.
Sin embargo, al día siguiente, 28 de abril, recibió un correo por parte de la tutora de su hija que versaba lo siguiente: “Ayer su hija durante el recreo tuvo un incidente con una compañera de sexto y otras compañeras de tercero (de las otras clases). Se intervino y se adoptaron las medidas oportunas. Seguiremos trabajando, pendientes e intentando que no vuelvan a suceder este tipo de conflictos y situaciones”.
Minutos más tarde, Antonio se puso en contacto con ella para saber qué había pasado. “Me dice que no me preocupe, que ya me darán tutoría. Cuando recibo el comunicado es cuando ya me preocupo, la cosa tiene otros tintes, porque entiendo que ha habido algo que desconozco o que mi hija no se atreve a contarme”, explica .
"Nadie me explicaba nada"
Pasaban los días y no recibía respuesta de la tutora, que se fue de Puente y se dio de baja un tiempo según le contó su hija. Ante esta situación, decidió dirigirse a la dirección del colegio. “Nadie me explicaba nada, el centro me emplazó una tutoría, de una hora para otra porque no tenían hueco. No me comunica absolutamente nada y cuando pretenden hacerlo, es deprisa y corriendo”, detalla Antonio.
Habían pasado 15 días y Antonio no recibía información alguna sobre el percance. Su insistencia fue en vano. Así que recurrió a la Inspección educativa de la delegación provincial de desarrollo educativo y formación profesional de Cádiz. El 12 de mayo presentó un escrito en el que contaba los hechos y solicitaba que investigue para esclarecer qué había ocurrido aquel día con su hija.
“Pónganse en mi lugar. Me comentan que ha habido un incidente con mi hija con nueve años y no sé absolutamente nada, me tengo que enterar a través de mi hija, el centro no ha hecho nada al respecto a nivel de comunicación”, señala el padre, que todavía está esperando una respuesta del órgano dependiente de la Junta de Andalucía.
“Si mi hija me comenta que pasa algo me ocupo y me preocupo"
“Si mi hija me comenta que pasa algo yo de mi hija me ocupo y me preocupo. No entiendo esta manera de proceder por parte del centro”, expresa Antonio que, dos meses después sigue sin saber qué pasó ni qué medidas se tomaron.
El padre denuncia un trato “nefasto” por parte del colegio hacia este caso. “No sabría si catalogarlo como bullying porque desconozco la gravedad de los hechos más allá del relato de una niña de nueve años, es un caso de negligencia y falta de empatía”, sostiene.
Tal y como expresó el padre al director del centro educativo, “este tipo de comunicados sin más información, lo único que genera es preocupación y una falta de amparo absoluto”. Además, destaca que es “una manera de proceder poco transparente”.
Este medio se ha puesto en contacto con el centro educativo para recabar su versión del caso, de momento, sin éxito.
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