La relación entre la Junta de Andalucía y las nueve universidades públicas andaluzas no pasa por su mejor momento. Mucho menos desde que hace apenas dos semanas Rogelio Velasco, consejero de Universidades, presentara el definitivo modelo de financiación en el que llevaba trabajando durante la legislatura. Un modelo que, según las primeras impresiones de diferentes rectores, va a generar muchas desigualdades entre las universidades andaluzas con grandes perjudicadas como la de Jaén o Huelva.
La propuesta de Velasco ha causado descontento y preocupación en el conjunto de las universidades andaluzas. El principal ejemplo está en la Universidad de Jaén (UJA), cuyo rector, Juan Gómez, dimitió hace unos días de la presidencia de la Asociación de Universidades Públicas Andaluzas (AUPA) para centrarse en la defensa de los intereses de la institución que dirige. Otros rectores consultados por este medio manifiestan que entienden su postura para ganar peso en la negociación a la hora de representar a la UJA.
El modelo de financiación consta de dos partes, una con los criterios y la filosofía del mismo, que fue aprobado por el Consejo de Gobierno de la Junta durante el verano – con el rechazo de los rectores universitarios – y la segunda más específica, con las variables y parámetros que pretende aplicar el Ejecutivo andaluz y que las universidades han conocido hace apenas dos semanas. Unas bases plurianuales – hasta 2026 –, pero sin una financiación plurianual, algo que también se ha criticado.
Según ha explicado el rector jiennense, el uso de esas variables es completamente discrecional y van a generar desequilibrios. Jaén y Huelva son las más perjudicadas, aunque hay más que pierden financiación. De hecho, suben su presupuesto cuatro, una se mantiene igual y otras cuatro disminuyen sus ingresos. En el caso de Jaén la pérdida es de un 8%, lo que se traduce en siete millones de euros. El propio rector afirma haberse quedado en "estado de shock" con la simulación.
El modelo contiene una cláusula de salvaguarda que evita que lo descrito ocurra y que, por lo tanto, la financiación se mantenga estable, sin pérdidas. Sin embargo, denuncia Gómez, las universidades tienen que cumplir por ley un incremento en los gastos de forma anual que se traduce, si la financiación no aumenta, en una pérdida de capacidad para ser competitiva, "es gravísimo".
"Este modelo hace que para que unos suban, otros bajen. Aunque los que bajen lo estén haciendo mejor" o "pone en serios problemas a varias universidades" fueron otras de las frases de Juan Gómez en la rueda de prensa en la que explicó "la semana y media más complicada de mi vida profesional".
Aunque la situación perjudica a universidades muy concretas, entre todas las entidades públicas andaluzas hay unión porque todas ven necesario un modelo. De hecho, el rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, declara a lavozdelsur.es que agradece que se haya constituido una mesa para abordar el tema porque "otros gobiernos no se atrevieron", aunque reconoce que la situación actual es tensa.
Pilar Aranda, rectora de la Universidad de Granada, señala que es un problema que se arrastra desde hace más de una década, "necesitamos modelos de financiación que permitan planes estratégicos y a largo plazo. Hay que revisarlo para que todas las universidades con contratos programas puedan tener desarrollo".
Paco Piniella, de la Universidad de Cádiz, lo define como "un modelo de reparto" más que de financiación, "es una tarta, no sólo depende del trozo sino de lo grande que sea. Si te dan miseria, repartes miseria". La Junta pidió a las universidades que hicieran financiación básica con remanentes, “es una situación en la que nos vemos desamparados.
El máximo dirigente de la UCO cree que faltan alrededor de 50 millones de euros para dar estabilidad financiera. Pese a ello, admite que con la situación actual de presupuestos prorrogados se está en un escenario complejo. Una de las soluciones que propone Gómez Villamandos es el uso de fondos europeos, al menos de forma transitoria, para paliar el déficit. Asegura que las universidades tienen capacidad para gestionarlos pese a la complejidad que tienen estos fondos, "estamos dispuestos a colaborar en la solución". Además, sobre el rector de la UJA señala que "ha sido excelente presidente, el mejor que he conocido".
La situación con las universidades privadas
No es la primera problemática a la que se enfrenta la Junta de Andalucía con el sector universitario estos meses. El visto bueno del Consejo de Gobierno para la creación de dos universidades privadas en Andalucía, Fernando III y Universidad Tecnológica Atlántico-Mediterráneo (UTAMED), también se encontró con el rechazo de los rectores de la pública. Pese a esto, hay más proyectos de este estilo encima de la mesa del Gobierno andaluz.
Todos los dirigentes universitarios con los que ha hablado este medio no se muestran en contra de la existencia de instituciones de enseñanza superior de titularidad privada. Sin embargo, creen que en estos casos no se ha pedido los mismos requisitos, "no tienen los índices de calidad que se le piden a la universidad pública", expresa Aranda. "No se trata de que haya o no haya, sino de que sean serias y no chiringuitos. Que cumplan los criterios de calidad que nos piden a las públicas", reclama Piniella que, además, recuerda que los rectores de la pública emitieron un informe contrario. "Nuestra opinión solo es de asesoría y no vinculante".
"No hay nada contra la universidad privada, pero pedimos garantías de calidad de esas universidades privadas. En España hay grandes universidades privadas con una calidad más que contrastada y pedimos que sean de ese nivel. Que haya universidades que se aprueban con informes negativos nos genera ciertas dudas", manifiesta Gómez Villamandos.
Uno de los motivos que estanca actualmente a la universidad pública es la imposibilidad de establecer nuevos grados en sus planes de estudio debido a que el mapa de titulaciones que se cerró en el año 2010 no se ha actualizado. Esto no ocurre en el caso de la privada, que puede establecer cualquier grado sin necesidad de ceñirse a esta normativa andaluza. Uno de los rectores lo califica como "competencia desleal". Otro pide que se abra el debate porque la pública compite con "una mano atada a la espalda". "Dicen que tenemos miedo a la competencia, pero estamos acostumbrados. Lo que no queremos es desventaja".