La gestión de los comedores de varios colegios de la Sierra de Cádiz está quitando el sueño a los equipos directivos de los centros educativos. Desde Ustea-Cádiz han denunciado el abandono de la delegación de Desarrollo Educativo con respecto a varios comedores que llevan pidiendo refuerzos desde hace años. En muchos de ellos faltan cocineras y monitores, otros se enfrentan a gastos dobles con los proveedores por la distancia y algunos, desbordados, tienen que organizar los almuerzos en varios turnos.
En el CEIP Nuestra Señora del Rosario, de El Gastor, los proveedores, esgrimiendo el precio del gasoil, cobran el doble que en cualquier otra localidad con mejores comunicaciones. La subida del gas, la electricidad, el aceite y todos los alimentos debe afrontarse de manera milagrosa desde el centro, todo ello sin sobrepasar los 4,98 euros de límite de cada menú, que se cobra directamente a las familias o con las subvenciones de la administración a través de las becas escolares.
Y en la balanza, además, hay que equilibrar todo para mantener las adecuadas condiciones nutricionales y de calidad que, como han denunciado desde el centro, no siempre se pueden cumplir. "El resultado es de locura y supone el endeudamiento del propio centro", manifiestan desde Ustea-Cádiz.
La falta de personal en los comedores es notoria en numerosos centros. El comedor del CEIP Antonio Machado de Grazalema, que cuenta con 92 estudiantes de la localidad, donde también están incluidos los del instituto cercano, solo cuenta con una cocinera, que también tiene que fregar, montar todas las mesas y recoger a diario el comedor. No hay ningún monitor de plantilla, función que tienen que desempeñar los propios profesores del colegio.
Desde el centro llevan desde principios de curso intentando que delegación responda a sus mensajes y dé una solución, temiendo que, al igual que ocurrió el curso pasado, la cocinera pueda enfermar y tengan que encargarse ellos mismos de gestionar el comedor. Así sucedió a finales del curso anterior, cuando durante varias semanas tuvieron que buscar directamente la comida para el alumnado, con graves riesgos y responsabilidad para el control de la alimentación de pequeños con problemas celíacos, intolerancias y demás alergias. Si esto vuelve a ocurrir, se podrían ver obligados a cerrar el servicio. La AMPA está recogiendo firmas y movilizándose para que les den ya una solución.
Una situación idéntica se vive en el CEIP Virgen del Carmen de Setenil, donde solo hay una cocinera. Tres años llevan esperando para que se cubra la segunda plaza. La situación se ha complicado todavía más este curso, ya que se ha perdido a un monitor de comedor.
En el CEIP Escuelas Verdes de Puerto Serrano, la situación es caótica. Desde hace años el comedor está desbordado, puesto que sobrepasa con creces el número del alumnado para el que tienen licencia. Además del comedor, tienen que ser ocupadas la sala de profesores y algún aula, con los riesgos que ello supone. Y las comidas tienen que hacerse por turnos.
Desde Ustea-Cádiz denuncian que todos los problemas referidos llevan años siendo comunicados a la delegación de Desarrollo Educativo sin que, hasta el momento, hayan sido atendidos.