"Ellos saben que el mundo es suyo". El móvil no para de sonar. La rabia, la frustración y la tristeza se apoderan de nosotras en menos de un minuto. Los miembros de La Manada están en libertad provisional hasta que haya una sentencia firme. ¿No habían sido condenados a nueve años de prisión por abuso sexual? ¿No han pasado ya casi dos años en la cárcel desde que fueron detenidos el 7 de julio de 2016? ¿Por qué dejarlos sueltos ahora? "La justicia no es firme, hija", dice una señora. Igual que la tortura que le supone a la joven de Zahara de los Atunes tener que vivir en el mismo municipio que sus dos agresores, que están en libertad con cargos y amedrentando a sus familiares.
Son muchos los jueces que se han posicionado en contra de la libertad provisional. La propia ministra de Justicia, Dolores Delgado, explicó que estudiarán cómo responder a delitos contra la libertad sexual, incluso la jurista, jueza emérita y actual alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha manifestado su opinión al respecto: "La decisión judicial sobre La Manada está alejada de la realidad social. Es verdad que la prisión provisional no debe ser lo habitual, pero en este caso cabe prorrogarla al estar ya los hechos acreditados. Es incomprensible que desoiga la crítica social generalizada". Y por ello, una vez más, la sociedad ha vuelto a salir a la calle para decir alto y claro: "Los jueces españoles, amparan violadores".
Mientras Agustín Martínez Becerra, abogado de los tres miembros de La Manada que se encontraban encarcelados en Pamplona, y también de Alfonso Cabezuelo, preso en Alcalá Meco, decía este viernes 22 de junio que están felices porque "parece que la administración de Justicia comienza a darles la razón y a contemplar los argumentos que defendemos", miles de personas habían improvisado concentraciones contra la libertad de los cinco sevillanos que en los Sanfermines de 2016 violaron a una joven.
En noviembre de 2017 el municipio jerezano organizó una concentración similar, a raíz de que el juez José Francisco Cobo Sáenz, que preside el tribunal que juzga el caso de La Manada, aceptase un informe sobre los pasos posteriores de la víctima tras ser violada en grupo. Pero esta vez la repulsión se acentúa con el doble de participantes. Son las ocho de la tarde, el sol se va escondiendo poco a poco. Frente a la Audiencia Provincial, en la avenida Álvaro Domecq, se reúnen más de 200 personas que se dejan la voz cantando: "Nos tocan a una, nos tocan a todas", "Yo sí te creo", "Tranquila, hermana, aquí está tu manada", "Basta ya de justicia patriarcal"...