Un mes después de la prohibición emitida por la Jefatura de Costas y Policía Marítima de la Guardia Civil, en la que se ordenaba el cese inmediato de los servicios que los agentes estuviesen realizando con lanchas incautadas a las organizaciones de narcotraficantes, se hace evidente la inferioridad de condiciones con la que este cuerpo de seguridad tiene que enfrentarse a uno de sus principales enemigos en el Campo de Gibraltar.
Hasta el pasado mes y aunque parezca inverosímil, la Guardia Civil utilizaba las narcolanchas incautadas, con autorización de los juzgados pertinentes, para perseguir a las organizaciones criminales dedicadas al tráfico del hachis en el Estrecho.
Sin embargo, después de que la Asociación Unificada de la Guarda Civil realizara una denuncia pública por la peligrosidad de esta práctica —dado que las 'gomas' (así se conoce popularmente a estas embarcaciones de los narcos) no reunían las condiciones de seguridad adecudas, siendo muchas de elaboración casera—, la Jefatura de Costas y Policía Marítima de la Guardia Civil decidió prohibir su uso por los agentes.
Ahora, la Guardia Civil, sin las suficientes lanchas homologadas y sin poseer las que tienen la eficiencia de las de los narcos, se enfrentan a persecuciones marítimas en condiciones de total inferioridad con respecto a los criminales.
Uno de los principales problemas que encuentra el Ministerio del Interior para solventar esta situación es que la oferta de embarcaciones existente en el mercado no iguala las prestaciones de las lanchas de los narcos, según la información publicada hoy por Europa Sur.
Por ello, en julio de 2020, la Dirección General de la Guardia Civil firmó un convenio con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) para diseñar una embarcación específica que pudiera "competir" con las 'gomas' de los narcos e incluso funcionar sin tripulantes a bordo. Los agentes del Campo de Gibraltar esperan impacientes la llegada de estas nuevas embarcaciones.
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