El director de la ONG Proactiva Open Arms, Òscar Camps, espera reunirse este jueves con el presidente de la Generalitat, Pera Aragonés, para saber por qué no le da la autorización que necesita para enviar material humanitario a la zona noroeste de Siria, una de las más afectadas por el terremoto de principios de mes y, paradójicamente, también una de las regiones más olvidadas. Camps ha visitado la zona y lamenta que "no está en la agenda del Gobierno".
En una entrevista en El mundo en RAC1, Camps ha denunciado la "hipocresía" de las autoridades: "Lo que no puede ser es que me llenen de medallas, de Creus de Sant Jordi y de Català de l'Any por lo que hacemos y que, después, cuando pides su apoyo, miren hacia otro lado. Es hipocresía", ha afirmado.
"Ellos hablaban del Kurdistán, pero el Kurdistán no ha sufrido el terremoto. Open Arms va allí donde no va nadie, y en Siria hemos hecho lo mismo. La ONU tardó ocho días en llegar", ha insistido Camps, si bien algunas zonas del Kurdistán sirio, situadas en el norte del país sí han quedado afectadas por el sismo”. Kurdistán y Cataluña son dos regiones que han buscado la independencia de los Estados que las gobiernan.
Cataluña ha mostrado su apoyo al Kurdistán en varias ocasiones. Por ejemplo, cuando el Parlament de Catalunya reconoció el Kurdistán sirio, también conocido como Administración Autónoma del Nordeste de Siria, en una propuesta de resolución presentada por los grupos de ERC, Junts, la CUP y los comunes.
Por otra parte, varios partidos políticos y organizaciones sociales catalanas expresaron su solidaridad con el referéndum de independencia del Kurdistán iraquí celebrado en 2017. Diversos colectivos y activistas catalanes han establecido redes de apoyo y cooperación con el movimiento kurdo por la democracia, el feminismo y la ecología.
Camps explica que visitó la zona afectada poco después del terremoto y elaboró un informe de daños que envió a las Naciones Unidas. Después, regresó a Cataluña y se reunió con representantes de los hospitales catalanes para poder reutilizar material médico en desuso, descatalogado en nuestra casa, que puede tener una segunda vida en el noroeste de Siria.
En la noche entre el domingo 5 y el lunes 6 de febrero se registró un terremoto de 7,8 grados Richter entre el sur de Turquía y el norte de Siria. Tras el primer terremoto se produjeron numerosas réplicas, lo que agravó aún más los daños. El epicentro del primer terremoto estuvo justo al norte de la ciudad turca de Gaziantep, a unos 90 kilómetros de la frontera con Siria.
Las ciudades afectadas y en las que se derrumbaron edificios se incluyen en una amplia zona, que va desde las ciudades sirias de Alepo y Hama, en el noroeste del país, hasta la turca Diyarbakir, a más de 330 kilómetros al noreste.
Más de 40.000 personas murieron como consecuencia de este devastador seísmo, según varios organismos internacionales. Pero se trata aún de una estimación provisional, ya que hay miles de heridos y desaparecidos bajo los escombros y miles de edificios derruidos en decenas de ciudades de los dos países.
Camps, gracias a las gestiones de la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio -que lleva 13 años enviando ayuda humanitaria en contenedores, recorrió algunas poblaciones afectadas gravemente por el terremoto pero también tres hospitales dónde pudo constatar las carencias técnicos y el desbordamiento de la atención sanitaria por los múltiples heridos.
En las ciudades de Afrin y Jinderes, controlada por los grupos armados no estatales, Open Arms entró en contacto con la dirección del Aqrabat Hospital, del Al-Shifaa Hospital y del Atmeh Hospital. Los tres hospitales redactaron una lista detallada del material necesario para poder brindar ayuda médica a la población afectada.
Nada más regresar a Cataluña Camps ya preparó un proyecto de emergencia basado en la colaboración de ICS, el Instituto Catalán de la Salud. Según Camps la colaboración fue máxima por parte de los gestores y patronos de fundaciones en la red pública de hospitales con lo que se dispuso todo lo necesario para, con la colaboración de la ONG Solidaire, transportar el material sanitario desde Barcelona al aeropuerto de Adana (Turquía).
Solidaire es una organización no gubernamental que se dedica a realizar misiones humanitarias en diferentes partes del mundo. Su director es Enrique Piñeyro, un médico, cineasta y piloto argentino que pone a disposición un avión Boeing 787-8 Dreamliner para realizar los vuelos humanitarios. Solidaire ha colaborado con otras entidades como Open Arms, Mensajeros por la Paz y Fundación DKV Integralia para organizar corredores humanitarios entre Ucrania y España.
En su entrevista en la emisora que más se escucha en Cataluña, recogida por algunos periódicos como La Vanguardia, Camps desveló su contrariedad el conocer que su gobierno daba marcha atrás. "Hemos hablado con la consejera. Ni sienten, ni sufren ni entienden que estamos hablando de personas", ha denunciado Camps, que también se queja de que no ha recibido ninguna explicación coherente. Sospecha que la irrupción en la polémica de un parlamentario catalán ha causado un gran daño a la causa humanitaria que estaba emprendiendo.
En el documento del proyecto de emergencias elaborado por Open Arms se resalta que la que está sufriendo mayormente las consecuencias de este terremoto es la población siria que vive en el noroeste del país, una zona devastada por doce años de guerra civil. “Los territorios controlados por el régimen están, de hecho, sujetos a diversas formas de embargo debido a la guerra, mientras que los controlados por los grupos armados no estatales que se oponen al régimen de Assad son de difícil acceso. Todo eso, sumado al alto riesgo de secuestro y asesinato por parte de distintos grupos yihadistas que operan en la zona (Estado Islámico y Al Qaeda, entre otros), ha ralentizado notablemente la llegada de ayuda humanitaria en esta región de Siria”.
Además, en esta misma zona, a los millones de personas que ya vivían en condiciones precarias, en los últimos tiempos se han sumado enteras comunidades desplazadas de otras partes de Siria tras escapar (en su mayoría) de los bombardeos del régimen de Bashar al Assad. “Por lo tanto, el terremoto ha complicado aún más la situación: según ACNUR, en esta región hay más de 5,3 millones de sirios sin hogar y en extrema necesidad de ayuda”.
Otras comunidades sí enviarán material
Pese a todo, Òscar Camps no se da por vencido y avisa al Gobierno de que tirará por el derecho. "Ahora estamos con otras comunidades que sí nos dan material, como Madrid. Hay comunidades que no tienen prejuicios y haremos llegar su material", ha asegurado. Mientras tanto, lamenta, el de la Generalitat "se seguirá pudriendo en los almacenes".
El Gobierno catalán se justifica: "No podemos asumir el riesgo de que la ayuda oficial entre en zonas de Estado Islámico". Fuentes del Gobierno catalán consultadas por El mundo en RAC1 justifican su negativa a autorizar el envío del material al noroeste de Siria. Aseguran que "no pueden asumir el riesgo de que la ayuda oficial entre a zonas controladas por yihadistas o Estado Islámico".
"Por eso estamos trabajando en alternativas, siempre al lado de las entidades que trabajan en la zona, para hacer llegar este material lo antes posible, pero necesitamos garantías de que llegará a las zonas afectadas y que será utilizado de forma adecuada", explican.
“De hecho, el Gobierno ha puesto en marcha un fondo de dos millones de euros que va destinado a ONGs sobre el terreno, organismos internacionales y actuaciones propias de voluntarios catalanes. Las mismas fuentes entienden que es la "manera más efectiva de ayudar" en una situación como esta y que lo han "consensuado" con las entidades que trabajan en la zona y las autoridades locales”.
En sus declaraciones a la emisora catalana el director de Proactiva Open Arms deja claro que él ha pisado el terreno y que lo que ha visto son "personas muriendo bajo los escombros". Y contesta así a las dudas de Acción Exterior: "Si un desfibrilador acaba en manos de quien caiga, no es un explosivo, salva vidas. No comprometemos a nadie".