El pasado 23 de julio, una joven de 21 años daba luz a su hijo a solas en casa de sus padres.
Sus amigos se pusieron en contacto con ella y la recién estrenada madre llegó a decirles que el bebé había muerto y que pensaba descuartizarlo.
Esta declaración puso en alerta a sus amigos, que avisaron a los servicios de emergencia. A la llegada de efectivos policiales a la vivienda, situada en el departamento francés de Sena-San Denís, encontraron rastros de sangre.
La impactante sorpresa llegó cuando los policías encontraron, según indica el medio galo La Dépêche, el cuerpo del recién nacido en una mochila. La madre, según fuentes de la Fiscalía de Bobigny, había descuartizado al bebé.