Tras dos días de asedio, las fuerzas israelíes han entrado en Al Shifa, el hospital más grande de la Franja de Gaza. Una operación que han calificado de "precisa y dirigida", al sostener que Hamás utiliza este centro hospitalario como punto de mando y lugar en el que almacena armas.
El hospital se ha quedado sin reservas de comida y agua. Tampoco hay electricidad. Siete bebés prematuros han muerto por la falta de luz y otros treinta se encuentran en peligro.
A 650 asciende el número de pacientes en el hospital, sin posibilidad ninguna de evacuación. Sus vidas están en riesgo. La Autoridad Palestina ha calificado de "crimen contra la humanidad y crimen de guerra" el asalto al hospital.
Los bombardeos contra el hospital no han cesado durante los últimos días. Israel insiste en que hay una base de la milicia palestina debajo del mismo. El propio personal médico del hospital ha tenido que cavar una fosa común para enterrar a 200 víctimas cuyos cadáveres se estaban descomponiendo.
"Es realmente horrible. Los tanques israelíes han estacionado frente al departamento de emergencias del hospital y han utilizado todo tipo de armas en los alrededores del centro. Han apuntado directamente al hospital e intentamos evitar estar cerca de las ventanas", ha comentado el doctor Ahmed el Mokhallalati.