Islandia ha declarado el estado de emergencia tras entrar en erupción, después de semanas de intensa actividad sísmica, el volcán de Grindavik, situado en la península de Reykjanes.
Poco antes de la erupción, más de 4.000 personas habían sido evacuados del pueblo pesquero de Grindavik y del spa geotérmico Blue Lagoon. Reikiavik, la capital islandesa, se encuentra a tan solo 40 kilómetros del volcán.
Varios terremotos se han detectado tras la erupción del volcán, tal y como ha informado la Oficina Meteorológica y Sismológica de Islandia. Las autoridades han pedido precaución a la población, señalando que "las condiciones son peligrosas" y dejando claro que "lo que estamos viendo en estos momentos no es una erupción turística".
El presidente del país, Guðni Jóhannesson, ha informado de que la Defensa Civil "ha cerrado la zona afectada" porque ahora la prioridad es proteger vidas. "Estamos preparados y permanecemos vigilantes. Vamos a ver qué nos deparan las fuerzas de la naturaleza", ha asegurado.