La Fiscalía acusa de un delito de
abusos sexuales a
seis jóvenes por violar, por turnos de 15 minutos, a una chica de 14 años que se encontraba en estado de embriaguez, durante un botellón en una fábrica abandonada de los alrededores de Manresa (Barcelona) el pasado octubre de 2016. Además, a estos cargos habría que sumar el cometido por otro de los acusados, por haberse masturbado mientras presenciaba la violación múltiple de la menor, como informaba
El País al comienzo de la semana.El juicio que comenzaba en la sección 22 de la Audiencia de Barcelona ha sufrido distintos retrasos hasta el final de la semana por la
ausencia de una letrada. Por ello, la declaración de la víctima se ha pospuesto al próximo lunes días 8 de julio.Al margen del procedimiento legal, a las puertas del juzgado de Barcelona un
familiar de la joven trató de
agredir a los acusados. Sumado a numerosos
bulos sobre la
identidad de los jóvenes y la reacción de los
colectivos feministas ante los hechos que se han propagado por las redes sociales como la pólvora.
Seis imputados por un delito de abuso sexual
Los hechos por los que se imputan a estos seis jóvenes por el delito de abuso sexual continuado contra la menor de edad tuvieron lugar en una
fábrica abandonada de Manresa (Barcelona) a las 23:30 horas del
29 de octubre de 2016. Allí, se estaba celebrando una fiesta en la que la juventud, con algunos menores de edad, bebía alcohol y fumaba, según varias declaraciones emitidas durante el juicio. La Fiscalía considera que uno de los acusados,
Bryan Andrés M., aprovechando que la víctima se encontraba bajo los efectos del alcohol, se la llevó a una casa abandonada junto al lugar de la fiesta y la penetró. Después regresó e
incitó a otro de los acusados. La acusación pública sostiene que a partir de ahí entraron en la caseta y abusaron de la víctima por turnos un total de seis adultos, mientras un séptimo contemplaba la escena y se masturbaba.La Fiscalía, en un
escrito provisional pide las penas máximas por el
delito de abuso, aunque en estos ataques no concurren ni la violencia ni la intimidación, dado que la voluntad de la víctima queda anulada por el consumo de alcohol o drogas. La
acusación, ejercida por la víctima, califica el ataque de
agresión sexual, al entender que la menor fue intimidada y sometida mediante violencia, por lo que la pena se elevaría a una condena de 15 a 20 años de cárcel para cada uno de los acusados, y una multa de 4.320 euros para el séptimo acusado por no impedir la violación conjunta y masturbarse.El Ministerio público repite así lo ocurrido con el caso de los cinco miembros de
la manada de Pamplona, cuando fueron acusados de abusos en lugar de agresión al entenderse que no concurría ni violencia ni intimidación de la víctima, dado que la voluntad de la joven estaba anulada por el consumo de sustancias alcohólicas.Con el avance de la semana más datos se han ido sumando a la historia que venimos conociendo y desde
El País afirmaban como todos los acusados sabían que se trataba de una menor de edad y que se encontraba bajo los efectos del alcohol.Tras las violaciones, uno de los participantes,
Marco Antonio R., exhibió una pistola de fogueo y advirtió a los que consideró que podían ser testigos que si contaban lo sucedido tendrían problemas. Horas más tarde, dos de los procesados volvieron a violar a la menor. Este pasado martes, durante la primera sesión del juicio, los siete acusados negaron rotundamente los hechos.
Agresión a las puertas del juzgado
Las declaraciones de todos los implicados se ha venido sucediendo durante la semana hasta que este jueves, cuando a las puertas del juzgado de Barcelona, uno de los
familiares de la víctima, concretamente su tío,
intentó agredir a los acusados. Los Mossos d’Esquadra tuvieron que intervenir cuando Paco, el familiar de la joven, intentó abalanzarse sobre los acusados, derribando incluso a uno de los agentes que trataban de controlarlo.De este caso se han venido haciendo eco los distintos medios de comunicación del territorio español y más voces han surgido a raíz de la historia.
Eltaquigrafo.com, recogia las declaraciones de una
amiga íntima de la familia de la víctima, explicando cómo la joven y su familia viven una
tortura diaria desde hace casi tres años. Ella apuntaba como "viven asustados y con mucha vergüenza" dado que "la sociedad actual sigue victimizando a las mujeres violadas, haciéndoles sentir una vergüenza tan profunda, que termina siendo una tortura diaria".La amiga consideraba finalmente que "la única manera de que la familia y la víctima pueda avanzar y dejar el miedo de lado es con el apoyo imprescindible de la sociedad, que este apoyo se traduzca en una condena social contra los agresores que, a su vez, conlleve una condena ejemplar en la sentencia dictada por el juez".
El colectivo feminista y la identidad de los acusados
Los
bulos no se han hecho esperar en esta historia. Para contrarrestarlos ha sido clave el trabajo de plataformas como Maldito Bulo y Maldito Feminismo. Ambas páginas webs mantienen un arduo trabajo de escrutino y más en casos que paralizan a la sociedad en su conjunto.El primer punto que ha desmontado maldita.es ha sido la crítica por la
ausencia de una
manifestación por parte del colectivo feminista por los hechos ocurridos en Manresa. De hecho, dicha protesta se produjo el mismo martes 2 de julio coincidiendo con el inicio del juicio. A esta acción hay que sumarle la convocada para el próximo lunes a las puertas de los ayuntamientos de todo el territorio español.
La
identidad de los acusados también ha sido puesta en duda, diferentes usuarios en redes sociales apuntaban que los siete implicados eran de
origen extranjero. Desde Maldito Feminismo y en contacto directo con la Audiencia Provincial de Barcelona han podido confirmar que se trata de tres cubanos, un argentino y tres españoles.