México ha sufrido una noche muy complicada tras el terremoto de magnitud 7,1 que ha sacudido el centro del país. El origen tuvo lugar al sureste de Acapulco, en el Estado de Guerrero. Los daños materiales son grandes, aunque afortunadamente no hay que lamentar, como ha indicado el presidente mexicano López Obrador, daños personales graves.
Hasta el momento se ha registrado un fallecido. El temblor tuvo lugar a las 20.47 hora local (siete horas más en España). Durante la noche mexicana se ha podido recuperar el servicio de luz, que había dejado sin electricidad a 1,6 millones de personas.
Hace justo cuatro años, un terremoto de magnitud 8,2 dejó un centenar de muertes en Oaxaca. Y doce días después de aquel seísmo, la tierra también tembló en México, con un terremoto de la misma magnitud que el de hoy, provocando la muerte a 369 personas.