Rondaban las nueve de la noche cuando, por fin, Juan Manuel Moreno realizó la intervención más importante, hasta el momento, de su carrera política, 45 minutos más tarde de lo anunciado. El presidente de la Junta se dirigió a los andaluces solo, sobre un atril, y leyó en los teleprompter una declaración de apenas 10 minutos en la que anunció, como se sabía desde la tarde, que se unía al resto de comunidades que ya han decidido suspender toda la actividad educativa a partir del lunes 16 de marzo por el coronavirus.
Este cierre se prolongará hasta el 30 del mismo mes. Antes de ese día, informó Bonilla, se dará cuenta a los andaluces de si estas medidas persisten o se desechan. Además, lanzó un mensaje. Este viernes, un día en el que los padres tendrán de margen para decidir "qué hacer" con sus hijos, enviará una nota a todos los centros educativos en la que explicarán la metodología a seguir. El objetivo es que el daño sea el menor posible en lo académico.
El presidente andaluz mandaba un mensaje de optimismo y a la vez de realidad. "Vamos a superar esta crisis. Las consecuencias económicas van a ser importantes y necesitamos mucha ayuda", indicaba Moreno Bonilla. "El Gobierno de Andalucía pondrá lo que está al alcance de su mano. Todas las ayudas son pocas a familias y empresas".
El de Moreno Bonilla fue uno de esos discursos para el que, dicen, los políticos se preparan toda la vida. Acompañado por el logotipo de la Junta a sus espaldas y las tres banderas institucionales (Andalucía, España y Unión Europea) mostró su "lealtad y coordinación" con el Gobierno de Pedro Sánchez. El discurso fue diametralmente opuesto al de su jefe de filas en el PP, Pablo Casado, quien intervino en paralelo para sacar las uñas al Ejecutivo. Moreno, no. Moreno, por algo, es un convencido sorayista y marianista, y prefirió mostrar serenidad casi prevista y un poco sorprendente a los aspavientos de su partido.
El anuncio fue mucho más corto de contenido que la larga rueda de prensa que el miércoles dieron Juan Marín y el consejero de Sanidad, Jesús Aguirre. Tan solo siguió con otros anuncios previsibles al suspender toda actividad cultural y todos los servicios de apoyo a comunidades de mayores, drogodependientes o personas con discapacidad. También, dentro de las recomendaciones previstas, extendiéndolas a que los municipios cierren también sus hogares del pensionista y demás.
Asimismo, quiso agradecer a los profesionales sanitarios su labor. Su éxito, vino a decir, es el de los andaluces. Y recalcó una y otra vez: "Las medidas persiguen un único objetivo, parar el contagio", en "coordinación y con lealtad" al Gobierno central. Como llamando a filas, tratando de evitar confrontaciones en un momento en el que se sabía mirado por todos, Moreno decidió respaldar al Gobierno. "Sus recomendaciones son las mismas que las de la Organización Mundial de la Salud".
Para terminar, apeló a la "unidad" de acción en un momento de crisis tan grave. Y se despidió animando a los andaluces a "no salir de casa" salvo que sea estrictamente necesario. Cerró el discurso con aires solemnes. "Conseguiremos atajar esta epidemia. Aún no puedo decirles cuándo. Pero lo consguiremos. Andaluces, serenidad, tranquilidad, cuidémonos y entre todos conseguiremos atajar esta epidemia".