"Después de 40 años de vida democrática es incomprensible que el Parlamento de Andalucía no haya contado jamás con un diputado o diputada gitano cuando en otras autonomías, como Comunidad Valenciana y Extremadura, sí los han tenido". Así se manifestaba hace unas semanas en una tribuna libre Juan de Dios Ramírez Heredia, abogado, político y activista que ha destacado siempre por la defensa de los derechos de la comunidad gitana. Este puertorrealeño, diputado en el Congreso desde 1977 a 1986, con UCD y PSOE, y luego eurodiputado en varias ocasiones, de 1986 a 1994 y en 1999, se negó a hacer un partido étnico exclusivo para el pueblo gitano. "A lo largo de mi dilatada vida política he recibido muchas presiones de gitanos y gitanas altamente concienciados animándome a crear un partido político gitano. Siempre me he negado", y lo hizo porque es "imposible comprender la existencia de un partido étnico en España" y por la propia ley electoral.
Ramírez Heredia ha sido seguramente el gitano más conocido en el activismo social y político. Pero él es solo uno de los 350.000 gitanos andaluces, casi un 5% de la población de la comunidad. Son contados los casos en los que un gitano forma parte de una lista política y más singulares aún aquellos que lleguen a ejercer de concejal o diputado. En el caso del Parlamento de Andalucía, ninguno. Juan Carrasco Pulido (Jerez, 1975) forma parte de ese reducido número de gitanos —entreverao en su caso, de padre gitano y madre paya—, que al menos integra una lista política.
Carrasco, que ocupa de forma simbólica el número 14 de la candidatura de Adelante Andalucía por la provincia de Cádiz, cree que es porque "no hay un hueco verdadero en la sociedad para que eso se de, y porque no hay un inquietud latente para hacerlo y porque no somos conscientes de hasta donde podemos llegar". No obstante sí cree que hay una participación secundaria como militantes o simpatizantes pero a la hora de estar como candidatos, "o bien no se les ha propuesto, no se les ha dado visibilidad, no se ha querido".
Este jerezano de 43 años pertenece por parte paterna a una conocida familia de gitanos del barrio de Santiago Jerez, en los que destacan su tío Fernando de la Morena, en activo, y su padre, el muy querido fuera y dentro del barrio, Curro de la Morena, fallecido en 2001, además de su abuela La Morena. Y lo dice con mucho orgullo, pero también previniéndose del que llama "prejuicio positivo". "Está el gitano artista, el conocido, de renombre, lleva a pensar a la gente que todos somos potencialmente artistas, que tocamos las palmas, cantamos y bailamos" pero reconoce que no es así. "La mayoría no somos artistas, somos gente normal y corriente. Que tenemos una cultura, una forma de ver las cosas pero eso no significa que seamos distinto del que trabaja en una pescadería o de barrendero".
Sobre la sociedad andaluza y en concreto la jerezana, ejemplo de convivencia, cree que los gitanos están integrados "hasta cierto punto". "Hasta que vas rascando un poco en la superficie y ves por dónde va la gente. Gusta el flamenqueo, la España 'de las palmas' y del 'me canta' y 'me baila', eso todavía se estila y más aquí que gusta mucho una fiesta, pero no todos los gitanos tienen porque ser así; todos los gitanos tienen su problema como cualquier hijo de vecino". Y recuerda haber vivido en sus carnes la discriminación. "Yo tuve problemas con una pareja de San Roque hace muchos años, porque su madre no quería que saliera con un gitano, no me aceptaba". Sin embargo, en Jerez, se sincera, "la integración es más palpable y visible que en otros sitios aunque haya prejuicios hasta con la convivencia de gitanos de fuera", sostiene. "Algunos gitanos de fuera cuando los ven a nosotros piensan que no somos gitanos. Quizás en Jerez los gitanos llegaron en otras condiciones y consiguieron un pequeño hueco y de ese pequeño hueco han llegado a tener dos de los barrios más señeros de aquí que son Santiago y La Plazuela, y de esa integración se les ha dado cierto margen".
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Cádiz, Juan Carrasco fue uno de los despedidos en el arbitrario ERE que realizó el anterior gobierno municipal del Partido Popular. Hasta entonces trabajaba como ayudante en la biblioteca municipal de la ciudad y desde aquel momento se ha tenido que buscar las habichuelas porque "nadie le ha regalado nada". "Estuve dando clases, buscándome la vida, dando clases de apoyo en un colegio y más o menos sobreviviendo" hasta que encontró trabajo durante un tiempo en cursos de la Fundación Secretariado Gitano, asociación que hace una gran labor y dice conocer en profundidad. "He llevado a un grupo de dieciséis niños. Primero los formaba y luego los llevaba a las prácticas de empresa", sostiene. Pero sin embargo, "con cuidado por si había algún desliz, porque si lo hay ya no sería Antonio Pérez sino el colectivo, los gitanos, un estigma que se lleva", dice en referencia a la atribución de cualquier incidencia al grupo, algo que compara con el de otros colectivos como los inmigrantes.
"Queremos tener la oportunidad de vivir dignamente como cualquier persona, ni más ni menos. La sociedad nunca está quieta, cambia y los gitanos no somos una excepción. La integración verdadera y cierta aún no se ha llegado a conseguir", cree. Pero también ve necesario poner de manifiesto que "el hecho de ser gitano no tiene por qué darte el garante para tener un trabajo o una vivienda por encima de otra persona sino igualdad de oportunidades para todos".
"Analizas las leyes, las pragmáticas, desde 1400... y ves lo que han sido los gitanos a lo largo de toda la sociedad", lamenta. Sobre la concepción decimonónica del gitano reconoce que vienen parte de los tópicos. "A partir del mito romántico y folclórico, de bandolero y todo ese rollo, viene parte de los prejuicios, se ha visto al gitano como algo exótico o folclórico. La tradición lingüistica tampoco habla bien de los gitanos. 'cuidado con el gitano ese', o 'qué gitano es'. En una de las leyes históricas sobre los gitanos, habla de que podían trabajar en la agricultura pero no en una obra porque los consideraban bandidos de ciudad".
Afortunadamente, cree, "cuanto más avanzamos más multiculturalidad nos estamos haciendo; la sociedad es multicultural y cada vez se van a formar más grupos diferentes, quieran o no quieran algunos". Y hace una desaprobación a los extremismos también sobre otros colectivos. "No hay que verlo que vienen de fuera y nos atacan como lo ven en Europa la Señora Le Pen y compañía".
Con respecto a formar parte de la candidatura de Adelante Andalucía afirma que se lo propusieron por parte de la organización local —Izquierda Unida— algo a lo que accedió para echar una mano. "La idea es visualizar la comunidad gitana y que esté representada en cierta manera. Si la sociedad está mal para trabajar, para currar o para buscarte la vida imagínate los gitanos, por falta de oportunidades".
Si por línea paterna Juan Carrasco Pulido forma parte de una familia gitana con solera de la ciudad, por parte materna hace lo propio con una trebujenera, donde el Partido Comunista es un referente. Su tío formó parte del PCE cuando estaba en la clandestinidad, aunque él llegó a IU de forma autónoma, como simpatizante, siguiendo eso sí la línea ideológica de una familia de izquierdas. "Han trabajado en el campo, saben lo que es eso. Un tío de mi madre se ahorcó de un árbol en una plaza porque no aguantaba la dictadura". Por su parte, él reconoce ser "una persona que viene a echar una mano para intentar transformar la sociedad, sea detrás o delante del puesto político" pero a diferencia de "concejales aquí del PSOE que dicen que su sueño es ser concejal" su sueño no es ser conceja sino "tener una sociedad en la que poder vivir".
Pero, ¿qué diferencia a Adelante Andalucía de otras fuerzas políticas de cara al próximo 2 de diciembre? "Adelante Andalucía tiene una apuesta fuerte por la gente de a pie, por la gente andaluza y por los problemas que verdaderamente atañen a Andalucía y que hay que defender también fuera de nuestras fronteras". Sin embargo, las encuestas dan al PSOE de nuevo como primera fuerza política "El problema es el enquistamiento que hay. La gente tiene que empezar a tomar conciencia de que hay otras formas de hacer política. Muchas veces el contenido de un discurso político está tan vacío que se queda en retórica. Y eso tiene que ser visibile y palpable por la gente.", señala. Y reprende a la Presidenta de la Junta. "La Señora Díaz ha jugado con ascender y al final se ha tenido que conformar con su huerto. Hay cosas que los andaluces no podemos permitir".
Carrasco pone el acento en las condiciones materiales del pueblo andaluz. "Que un pensionista tire, después de haber batallado toda la vida, con el hijo, el yerno, la yerna, el nieto y la nieta es durísimo, además del golpe anímico está el golpe económico", insiste. "Eso es lo que realmente importa, lo demás son juegos de artificio y en los juegos de artificio se pierde mucho".
En torno a la conformación de la candidatura por diferentes fuerzas, IU, Podemos y andalucistas de izquierda, reconoce estar muy contento. "Para una vez que se alinean las fuerzas hay que aplaudirlo. Cada uno, dentro de sus perspectivas, ha decidido ir con otras fuerzas de la mano y decir vamos adelante". Adelante, que precisamente da nombre a esta candidatura política que aspira a movilizar al electorado andaluz de izquierdas el próximo 2 de diciembre.