El acto institucional para conmemorar los 40 años de ayuntamientos democráticos dejó, como era de esperar, un buen reguero de anécdotas y de imágenes para la posteridad. Al filo del mediodía de este pasado miércoles, el patio principal del Consistorio jerezano se iba llenando de muchas caras conocidas, viejos adversarios políticos, antiguos compañeros y compañeras de bancada, y periodistas que en algún momento pusieron luz de lo que se cocía en algunas de esas más o menos recientes etapas de intensa actividad política... tan intensa que, incluso, para algunos y algunas acabó como el rosario de la Aurora.
Entrega de diplomas a funcionarios en activo que ya trabajaban en el Ayuntamiento en 1979. FOTO: MANU GARCÍA
El exalcalde Pedro Pacheco, que hacía un lustro que no pisaba la que fue su oficina durante más de dos décadas, fue el más solicitado por la prensa. Y también por antiguos compañeros de Corporación. Especialmente emotivo fue el reencuentro con el histórico dirigente sindical y ex edil de IU Sebastián González, que acudió a la cita junto a su hija, la candidata el próximo 26M por Ganemos, Kika González. Un día después de cumplir 70 años, el veterano dirigente andalucista se abrazó a viejos amigos e incluso a íntimos enemigos políticos. E incluso después del jerez de honor, pudo compartir un rato en un bar cercano con algunas y algunos de sus más estrechos colaboradores en sus más de 24 años como alcalde de la ciudad. No faltaron en este brindis algunas de sus compañeras de viaje político, como Rosa Bautista, Marina de Troya, Toñi Asencio o, en una etapa más reciente, Rocío Montero. Luis Silva, Alfonso García, Raúl Ramírez o José Ramón Alonso también estuvieron arropándole.
Antes de descubrir la placa conmemorativa, ya se habían generado diversos corrillos donde circulaban anécdotas y recuerdos. "¿Volver aquí? De visita...", reía un histórico concejal socialista, mientras intercambiaba impresiones con otro antiguo compañero. Muchos saludos, muchos abrazos, muchas sonrisas (pocas forzadas, por lo que se vio)... "Luego vais a tener tiempo de sobra de seguir charlando lo que queráis...", instaron desde el protocolo municipal —demasiado bien salió el acto para la convocatoria tan precipitada— para dar algo de agilidad a un acto que se desplazó al interior del Cabildo Viejo.
Saldaña conversa con Joaquín del Valle. FOTO: MANU GARCÍA
Dentro, Esteban Fernández Villegas, a sus 84 años, como uno de los primeros concejales elegidos democráticamente en las municipales del 79, fue el encargado de ejercer de portavoz de aquellos valientes que llegaron con ilusión bajo el brazo y "todo por hacer" al frente del Consistorio. El histórico edil socialista protagonizó la anécdota de la jornada, pues aparte de que se le traspapeló el final del discurso y, aunque fue ayudado por la actual alcaldesa, Mamen Sánchez, acabó repitiendo dos veces el mismo párrafo (justo en el que pide a los nuevos responsables políticos "la colaboración y el consenso que entonces teníamos").
Además, pidió "un momento de silencio" por los compañeros fallecidos: "Nosotros éramos seis y creo que quedamos solo dos", dijo. Pese a la insistencia de la alcaldesa ("También vive Julián Gutiérrez...", le repitió), Fernández Villegas recordaba bien aquel escenario político: "Julian no, Julián no". Y efectivamente, Julián Gutiérrez, que estaba entre los asistentes al acto vivito y coleando, fue en el 79 alcaldable del PCE, quien al igual que Blanca Alcántara —ausente en el acto—, años más tarde daría el salto al PSOE.
La alcaldesa ayuda a Fernández Villegas en la recta final de su discurso. FOTO: MANU GARCÍA
Fue un acto emotivo, en el que se escapó alguna que otra lágrima, pero si hubo algo fueron fotos. Fotos por doquier para inmortalizar un día de reencuentros. Juntos, más separados, por familias políticas, por partidos... "Venid que nos vamos a echar una foto los socialistas", avisaba una antigua concejala del PSOE a algunos de sus compañeros allí reunidos. Ahora, los andalucistas; ahora una de Raúl Ruiz-Berdejo, actual portavoz de IU, con Joaquín del Valle, antiguo líder de la coalición de izquierdas en la ciudad; ahora, Ganemos... ¿y el PP? El PP estuvo bien representado por históricos del partido (y de más atrás) en la ciudad, como Aurelio Romero, Juan Pedro Cosano, Bernardo Villar, Aurelia Romero, Felisa Rosado... pero luego parece que evitó el contacto, y acabó en un círculo demasiado cerrado en una parte del patio cercano al Callejón de Lepe, justo a la espalda del edificio de los grupos municipales en la plaza de la Yerba.
Pacheco, junto a antiguos compañeros andalucistas. FOTO: MANU GARCÍA
Por aislarse, hasta celebraron un acto propio media hora antes para reconocer a los concejales populares en los 40 años de ayuntamiento democrático, olvidando, eso sí, que el PP no llegó al pleno de la Corporación hasta 1991 y que en las municipales de 1979 no obtuvo representación. María José García-Pelayo, primera alcaldesa en la historia de Jerez y a la que no le vimos aplaudir demasiado, ni cómoda en ningún momento, se tragó el sapo de comparecer a la vera de Mamen Sánchez y Pedro Pacheco en la entrega de diplomas a catorce funcionarios públicos que estaban en el 79 y aún siguen en activo. A la primera le dijo de todo hace casi cuatro años, cuando le arrebató la Alcaldía pese a haber sido ella la candidata más votada; al segundo, pues ya saben la historia... y eso que la hizo alcaldesa en 2003, pese a haber sido la tercera candidata en número de votos en aquellas elecciones.
La alcaldesa, entre Eloy López Cerdeño, Antonio Ortega, Pedro Pacheco y Julián Gutiérrez, tras descubrir la placa conmemorativa. FOTO: MANU GARCÍA
¿Y Pilar Sánchez? "De viaje concertado", dijo una alto cargo del Ayuntamiento. "Ah, sigue viajando.., ¿no?", replicó con sorna un director de un medio de comunicación jerezano, fiel relator de aquellos misteriosos periplos que hizo la antigua alcaldesa socialista y que trajeron cola. Y sí, claro, lo estarán ustedes pensando. El pasado no se puede borrar. El pasado reciente, aún menos. Sigue fresco y las heridas no cicatrizan tan fácilmente. Pero hay que intentarlo. Con memoria, pero mirando adelante, como vino a decir Mamen Sánchez.
Quizás cuando todos los protagonistas de aquellos años aciagos entre 2003 y 2011 (con continuidad en la legislatura de la gran recesión) pasen a la historia, la ciudad realmente recupere la normalidad política e institucional. Donde la rivalidad sana de la política no derive en odios personales; donde la legítima defensa de las ideas no desemboque en una guerra sin cuartel hasta en los Juzgados. Donde antes que las siglas y los egos, importen las personas. Las ideas y los proyectos para ganar el futuro de la ciudad, antes que las ocurrencias de campaña y las malas artes. Este pasado miércoles, en su inmensa mayoría, no vimos a representantes políticos y a portavoces partidistas, vimos a personas que, mejor o peor, se dedican o se dedicaron a mejorar la vida de sus conciudadanos, en muchos casos sin ni siquiera percibir un céntimo por ese trabajo y sí algún que otro disgusto. Por pura vocación de servicio público.
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