El discurso de Pablo Casado contra Abascal en la moción de censura ha supuesto un terremoto que sacude con fuerza a la Junta. Primero, un tuit del PP andaluz en el que seguía con la campaña nacional de "Sí a España, no a Vox" que fue a la hora y media borrado por la cuenta del partido en Andalucía, daba la imagen de que algo no iba bien. Poco después, los medios El País, ABC y El Mundo han publicado que la reunión prevista para la tarde de este jueves entre el portavoz del partido ultraderechista, Alejandro Hernández, y el consejero de Hacienda, del PP, Juan Bravo, ha sido suspendida.
En redes sociales, diputados de Vox han dicho que el voto en contra de la moción convierte al PP en un partido más de un frente progubernamental. El descalabro en el Congreso de Abascal ha sido histórico. Nunca antes una moción de censura había cosechado tanto voto en contra: sólo han optado por el sí los suyos, sus 52 diputados.
El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, fió a su proyecto de Presupuestos todo el capital político del debate sobre el estao de la comunidad, celebrado a inicios de esta semana. En él, pidió apoyo inlcuso a la oposición, pero las miras, por matemática parlamentaria, estaban en los de Vox, el partido que le llevó a la presidencia. El distanciamiento en Madrid entre ambos partidos ha roto con esa relación a un estilo tripartito. Es el momento en el que más necesitaba mantener su relación con Vox, porque estos presupuestos son los más importantes de su legislatura en Andalucía, los que se han realizado pensando en los tiempos de pandemia.
De no salir adelante, como ya ha demostrado la realidad parlamentaria, acaba en multitud de ocasiones en adelanto de elecciones. Le pasó a Pedro Sánchez tras ganar su moción contra Rajoy, que conllevó dos procesos electorales en España. Los Presupuestos son la norma más importante, los que reparten asiganciones económicas. Si no se aprueban, 2021 comenzaría con la prórroga de los anteriores, y todo ha cambiado en Andalucía: desde la recaudación hasta los gastos a afrontar en materias como sanidad o educación, la mayor parte de la tarta financiera de la administración. Además, implican toda la política de Andalucía en marcha, el tan defendido plan de reconstrucción económica, que implica grandes partidas de inversión, basadas en gran parte en la llegada de fondos desde Madrid y desde Europa. El presupuesto para 2020 está caduco por la realidad. En estos momentos, las negocaciones entre la Junta y Vox están rotas. En unas horas comparecerá en rueda de prensa Vox. El Gobierno andaluz trata de quitar hierro, pero el temor a que se rompa ese plan.
Eso sí, si hay algo que abunda en que es posible un adelanto electoral es que el escenario podría ser propicio para los dos principales actores. Es potestad única del presidente de la Junta el adelanto, no necesitaría acordarlo con su socio de Gobierno, Ciudadanos. Además, Vox podría quitarse de encima la pérdida del escaño de Almería, que se fue del grupo y ahora interviene en el grupo mixto defendiendo los postulados de La Falange. Además, y esto es lo más importante, tanto el PP como Vox entienden que el adelanto les beneficiaría en votos. El PP está capitalizando la gestión de la Junta mientras su rival en el espectro y socio de Gobierno, Ciudadanos, está en caída libre en las encuestas. Para Vox, prácticamente todos los resultados posteriores a las andaluzas han mejorado los números, y las encuestas le ponen ya en tercera posición.
Asimismo, el PSOE está en pleno proceso de repensarse, con Susana Diaz cuestionada y dos posibles candidatos: Juan Espadas, alcalde de Sevilla, y Felipe Sicilia, muy cercano a Pedro Sánchez. Y mientras, Adelante está roto, con un grupo marcado por los cercanos a Teresa Rodríguez, otro de diputados de IU y la presencia de Podemos. Los últimos sondeos anticipaban que Adelante pasaría a ser residual en el Parlamento en favor de un posible pacto electoral entre Podemos e IU, que mantienen buena sintonía y que irían como Unidas Podemos, mientras que Adelante se consolidaría como marca de Rodríguez, que además no está en los medios por su baja actual.
Así las cosas, de un día para otro, Madrid vuelve a marcar el rumbo de Andalucía. Esta vez, por la ruptura entre Casado y Abascal.
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