Ningún político andaluz con capacidad de gobernar quiere evitar fotografiarse junto a alguna hermandad e implicarse en la Semana Santa. Menos todavía en Sevilla, la ciudad con la Semana Santa más importante de España. Las cabezas visibles de los principales partidos, PP y PSOE, tampoco dejaron pasar la oportunidad de mostrarse como grandes amantes de esta fiesta.
En el caso del alcalde de la ciudad es algo habitual. Esta vez le ha tocado a Antonio Muñoz, que apenas lleva tres meses en el cargo, pero suficiente para procesionar como su antecesor delante de la Virgen de la Hiniesta, Hermanda con grandes relaciones con el Ayuntamiento y especialmente vinculada a Juan Espadas. Muñoz, del Partido Socialista, formó parte del cortejo procesional con una pértiga de la Hermandad. "Ha sido un privilegio y un honor", manifestó en sus redes sociales. Los pocos comentarios reaccionando a la publicación pedían una ciudad más limpia. De cualquier forma, a él se le vio feliz y orgulloso de su papel institucional.
Pero si el alcalde es cofrade, más cofrade tiene que ser la oposición. Eso pensaría su rival, José Luis Sanz - aunque defiende que Muñoz no será candidato -. Sanz incluso tiró de refuerzos ante la posibilidad de que su imagen por sí sola no fuera suficiente. Así que allí acudió Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta. O quizas, fue al revés: Sanz acudió donde Moreno. El candidato del PP optó por una cofradía más extrapolable, La Borriquita, donde, precisamente, procesionan los hijos del presidente de la Junta de Andalucía, "no hay nada más bonito que inculcar a los hios nuestras devociones y tradiciones", expuso en un tuit que se mantiene fijado en su perfil. Es el momento de ser más cofrade que nadie antes de que llegue el momento de ser más feriante que nadie.