El Parlamento de Andalucía no ha sido tradicionalmente uno de esos lugares donde las estridencias sean protagonistas en cada una de las sesiones que se celebran en el Antiguo Hospital de las Cinco Llagas. Desde luego, los enfrentamientos subidos de tono son menos frecuentes que en el Congreso de los Diputados, aunque en las últimas fechas todo se ha ido emparejando.
Sin duda, lo visto y vivido este miércoles en la sede de la soberanía andaluza se puede calificar como uno de los plenos más tensos de la legislatura. Algo que se ha palpado desde primera hora de la mañana, aunque quizás haya sido el último debate el mejor ejemplo de la excepcionalidad de la situación.
Lógicamente, y aunque Andalucía tiene muchos problemas propios, el ambiente estaba contaminado por la política nacional y la investidura de Pedro Sánchez. Las acusaciones de PP y Vox al que va a ser presidente del Gobierno durante los próximos cuatro años, así como a sus defensores en Andalucía han sido constantes.
La adjetivación ha sido una constante desde que se abrieron las puertas de la Cámara a primera hora de la mañana. Vox ya lo dejaba claro con una iniciativa que no ha fructificado al no haber consenso para la declaración institucional. La extrema derecha ha calificado de "traidores" a aquellos diputados andaluces que respalden la investidura.
Sólo era el preámbulo de una sesión donde el propio presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha entrado al trapo de la situación nacional. El presidente andaluz ha erigido como el principal dique de contención a los pactos con las fuerzas independentistas y nacionalistas al mismo tiempo que pedía a las formaciones en Andalucía que tuvieran un perfil propio y abandonaran la defensa al Gobierno de España.
Ana Mestre, como presidenta del Parlamento ante la ausencia de Jesús Aguirre, ha tenido que llamar la atención a los diputados socialistas en uno de los primeros debates. Era señal de que el día no era como otro cualquiera. Más tarde ya era el propio Aguirre el que llamaba al orden hasta en dos ocasiones al también socialista Mario Jiménez, ante su propia incredulidad y la negativa del presidente del Parlamento a darle la palabra. En el debate sobre financiación, donde Jiménez era el interviniente socialista, se tomaría la venganza dejando caer que desde la Mesa se le quiere censurar y hay poco interés a que tome la palabra.
Podría haber sido la última vez que Jesús Aguirre protagonizara un incidente, pero en el último debate del día, una iniciativa del Partido Popular sobre la igualdad de los españoles y la defensa del Estado de Derecho, el que fuera consejero de Salud ha llamado la atención al portavoz andalucista José Ignacio García. El motivo es que el diputado de Adelante se había referido a Vox como fascistas, machistas, violentos o racistas. "Si pudieran, darían un golpe de Estado". Aguirre le ha recriminado que utiliza el insulto "de forma habitual, es un faltón y tiene una manía obsesiva". No lo ha hecho, sin embargo, con el calificativo a Pedro Sánchez de "tirano" que han manifestado los diputados del Partido Popular.
Poco después de la intervención de García, Vox se ha sumado a las palabras gruesas hablando de un atentado contra la Constitución o afirmando que la investidura está al margen del sistema. "Mañana ustedes no estarán dentro del sistema. El Gobierno no será democrático", ha señalado el diputado de extrema derecha dirigiéndose a la bancada socialista.
El resultado de las votaciones es lo de menos en un día donde el pleno ha terminado con vítores de Toni Martín, portavoz del PP. "Viva Andalucía, viva la Constitución y viva España", todo ello en peligro según el propio partido popular. "Es increíble que en un momento como este siga agachando la cabeza", ha dicho Martín refiriéndose a Espadas. De forma más general, de nuevo mirando hacia todos los socialistas, ha finalizado su intervención asegurando que no sabe "cómo no se les cae la cara de vergüenza".
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