El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, había anunciado novedades fiscales para hoy. El cebo estaba echado para posteriormente comenzar hablando de una deflactación del IRPF, a la que ya se había referido con anterioridad, para los primeros tramos de este impuesto, las familias "de clase media", el objetivo es que tengan más dinero en sus bolsillos para hacer frente a la inflación. Sin embargo, este recurrente anuncio sólo era un colchón para amortiguar el anuncio que haría acto seguido y que se ha llevado todos los focos mediáticos: la supresión del Impuesto de Patrimonio.
Aunque Moreno ha presentado esta bajada de impuestos como la sexta, lo cierto es que es el inicio de la "segunda bajada de impuestos" que anunció durante la campaña electoral. Dijo que lo haría para la próxima legislatura y justo tres meses después de conocer el resultado de las elecciones andaluzas ha puesto la maquinaria fiscal a funcionar. El objetivo no lo esconde, Moreno quiere competir con la Comunidad de Madrid para atraer a las grandes fortunas. Esto, sin eufemismo quiere decir a los ricos. La presidenta de la Comunidad de Madrid le respondía con buen tono en su cuenta personal de twitter, "bienvenidos al paraíso". Alguno bromeaba con que el paraíso es fiscal. Y es que desde la izquierda se lleva acusando mucho tiempo a la capital de España de hacer dumping fiscal con el resto de comunidades. Con Moreno ahora hay un duro competidor.
El propio presidente de la Junta no ha escondido sus intenciones y se ampara en los 288.000 contribuidores más que tiene Andalucía por la bonificación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. "Andalucía tiene muchas rentas altas, es sede de altos ejecutivos. Ahora con el teletrabajo hay un montón de personas que están instalados medio año en Andalucía y que cuando yo hablo con ellos y les digo por qué no te censas aquí y vives aquí si tanto te gusta me dicen que por el Impuesto de Patrimonio", ha contado Moreno.
Para poner en contexto la situación, según la propia Junta de Andalucía, "están obligados a presentar declaración los sujetos pasivos cuya cuota tributaria resulte a ingresar, o cuando, no dándose esta circunstancia, el valor de sus bienes o derechos, determinado de acuerdo con las normas reguladoras del impuesto, resulte superior a 2.000.000 euros". Esto, traducido, según los datos de último ejercico, supone el 0,2% de los andaluces. En una comunidad de ocho millones y medio de habitantes, supone que alrededor de 21.000 personas tienen que hacer frente al impuesto. Y no son 17.000 personas cualquiera, sino los más ricos.
En total, la administración autonómica ha ingresado 120 millones de euros, por lo que de media ahorrarán alrededor de 5.800 euros cada una de las personas beneficiadas por esta medida.. La Junta pretende compensar este déficit con el IRPF de aquellos residentes en otras comunidades que ahora se vean persuadidos por Andalucía. Otro de los debates que surge a partir de esto es si es ético que las personas con mayor capacidad adquisitiva se vean 'amnistiados' de esta forma, más allá de la traducción en cifras que pueda suponer.
Este modelo de fiscalidad que ha vuelto a poner sobre la mesa Juanma Moreno no es, ni mucho menos, nuevo y ya se desarrolló con amplitud durante la pasada legislatura. Tanto PP como Ciudadanos ampliaron la bonificación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones a pesar de que ya existía una excepción para aquellas herencias inferiores a 1.000.000 de euros. Hace un año, Moreno anunció que hermanos, tíos y sobrinos pagarían un máximo del 45% en este tributo. En campaña manifestó su intención de que también llegara al 99% en esto parentescos. Esta medida, sin embargo, no evitó que las renuncias de herencias crecieran en 2021.
Otro de los impuestos rebajados y que, aunque tiene impacto en toda la población tiene un beneficio considerable para los ricos es el de transmisiones patrimoniales. Había tres tipos, del 8% hasta 400.000, 9% hasta 700.000 y 10% para el resto. La Junta tomó la decisión de establecer un único del 7%, algo que en la práctica significa que aquellos que pueden permitirse una compra de más valor, se ahorran más. Situación similar ocurre con la bajada en los tramos autonómicos de IRPF, mientras el primer tramo, por debajo de los 20.000 euros, tan sólo recibía un premio de medio punto, aquellos que tributaban más de 60.000 euros pasaron del 23,5% al 22,5%.
Con una de estas cuestiones, el Partido Popular cometió en su momento un error no forzado anunciando la deducción de 108 euros de la que se podían beneficiar familias que ganasen 80.000 euros con la reforma fiscal de la Junta de Andalucía. Aquel anuncio fue objeto de muchas críticas.
Unas críticas de las que tampoco ha podido escapar este lunes. Especialmente duro ha sido el PSOE con tres de sus pesos pesados: Antonio Ramírez de Arellano, Ángeles Férriz y el propio Juan Espadas. Los tres han señalado que se trata de un "regalo" a una minoría y que el resto de andaluces van a pagar una "merma" en los servicios públicos. Espadas directamente lo ha acusado de dejar de lado a las clases medias y trabajadoras, a las que tendrá que dar explicaciones".
Desde Izquierda Unida ha sido Toni Valero el encargado de hacer una valoración en la que ha hablado de "dumping fiscal". El líder de IU afirma que el presidente de la Junta "se salta a la torera con una medida que deja a las claras sus intenciones", que, según ha continuado el líder de IU, pasan por "seguir gobernando a favor de quienes más tienen", y "en perjuicio de tantas casas de familias y de pequeñas y medianas empresas que hoy lo están pasando muy mal".
Este anuncio también tiene lugar en un contexto en el que los populares andaluces solicitan un nuevo sistema de financiación con el que poder recibir más dinero del Estado. Recientemente, sobre la fiscalidad, en el PP han rechazado un impuesto a las grandes eléctricas y a las grandes compañías financieras, aunque Alberto Núñez Feijóo ha modulado su discurso tras el posicionamiento favorable de Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.