Cuando se conocieron los casos de vacunaciones irregulares de altos cargos políticos en Murcia, hace unas semanas, nadie imaginaba que tendría estas consecuencias. Y no sólo en Murcia. De momento, el efecto mariposa llega a Madrid y Castilla y León. A Andalucía parece que no. PP y Cs escenifican su buena relación con Juan Manuel Moreno y Juan Marín como maestros de ceremonias en una breve comparecencia convocada para acallar rumores. O, al menos, intentarlo.
Para entender cómo se ha movido el tablero político en España hay que empezar por Murcia. No sólo por las vacunaciones irregulares, también por la supuesta adjudicación a dedo de contratos en el Ayuntamiento murciano, Ciudadanos deja de apoyar al PP y se echa a los brazos del PSOE para presentar una moción de censura que erigirá como presidenta de la Región a la candidata naranja Ana Martínez Vidal. La "venganza" popular no tarda en llegar: la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso anuncia elecciones en mayo —aunque la Asamblea de Madrid ha admitido las mociones de censura presentadas por PSOE y Más Madrid, veremos si se celebran—.
Antes, Vox llegó a pedir elecciones autonómicas anticipadas en Andalucía, Madrid y Castilla y León —donde apoya a sus gobiernos, aunque sin formar parte de ellos, todos con PP y Cs en el poder—. Pero este globo sonda tuvo poco efecto, porque llegó la cascada de anuncios de elecciones y mociones que también ha salpicado a Castilla y León, donde el PSOE ha presentado una moción de censura, aunque no está claro que vaya a contar con los apoyos suficientes para que salga adelante. La de Madrid es más factible si Ciudadanos mira a su izquierda y permite a Más Madrid o PSOE que presida la Comunidad madrileña uno de sus candidatos. Difícil, pero no imposible, siempre que se celebren y no se vaya a elecciones, claro. Previsiblemente, el asunto irá a los tribunales.
El efecto mariposa provocado por Ciudadanos en Murcia es de consecuencias impredecibles. Los naranjas se estrenarán con su primera presidencia autonómica en Murcia a cambio de perder el poder en Madrid y está por ver si en Castilla y León. Con ello, la estrategia de Pablo Casado, líder del PP, de distanciarse de Vox se puede ir al traste si finalmente hay elecciones madrileñas, ya que puede necesitar a los de Abascal para gobernar. El movimiento de Ayuso descoloca hasta al presidente de su propio partido, que ya habla de aglutinar el voto del "centro derecha" en torno al PP.
Juan Manuel Moreno confiesa que ha hablado con Casado de "éste y otros muchos asuntos", en una conversación "muy cercana", con "contraste de opiniones", aunque sin especificar sobre qué asuntos, ya que el PP está inmerso en una crisis interna para la renovación de sus líderes provinciales en Andalucía, donde Sevilla y Cádiz, sobre todo, se le han enquistado al líder nacional, que quiere imponer a sus candidatos.
Pero Andalucía es una "isla". Al menos así lo entiende Juan Marín, líder de Cs en la comunidad. Tanto él como Juan Manuel Moreno descartan una ruptura, ni la convocatoria de elecciones anticipadas. Moreno habla de "concluir la legislatura", para despejar los fantasmas azuzados tras los movimientos en Murcia y Madrid. "Las circunstancias que vive Madrid son completamente distintas a la de Andalucía", asegura. Y agrega: "Queremos trasladar un mensaje de tranquilidad, serenidad y confianza en el Gobierno de Andalucía".
"Estamos centrados en dos objetivos: proteger la salud y recuperar nuestro tejido productivo", llega a decir el presidente andaluz durante una breve rueda de prensa celebrada junto a Marín, para que se dejara de señalar a Andalucía como próxima comunidad donde se producirían movimientos políticos. "Lamento decirles a aquellos que auguran otro futuro diferente que Andalucía va a seguir siendo una isla dentro de ese ruido y esa inestabilidad que hay en el conjunto de España", dice Juan Marín, ya que "éste es un Gobierno muy serio".
Juan Marín, así, se aleja de los postulados de su lideresa, la jerezana Inés Arrimadas, que con su jugada en Murcia, desata un tsunami político pocas veces visto en España. De Murcia a Madrid, de ahí a Castilla y León... pero no a Andalucía, que resiste como último reducto del trío de Colón, la icónica foto en la que la PP, Cs y Vox escenificaron una unión que luego fructificó en pactos de Gobierno —y a la que muchos atribuyen la muerte política de Albert Rivera, entre otras cosas—.
El giro a la moderación de Cs que quiere imprimir Arrimadas tiene su espejo andaluz en Rocío Ruiz, la consejera que se postula como posible sucesora de Juan Marín —dentro del partido hay quien lo anhela por el excesivo acercamiento de la formación naranja al PP—. Marín descarta movimientos en ese sentido. "Somos un grupo cohesionado", dice este miércoles, cuando el tablero político nacional se ha desordenado. Habrá que esperar para saber cómo vuelven a encajar las piezas.