El chófer implicado en el caso de los ERE ha reconocido en juicio lo que ya suscribió una década atrás sobre el escándalo de miles de euros en cocaína tras recibir cuantiosas ayudas públicas ilícitamente. Juan Francisco Trujillo era el chófer y mano derecha en la práctica de Francisco Javier Guerrero, antiguo director general de Trabajo ya fallecido.
En la vista celebrada en la Audiencia de Sevilla, ha tratado de renunciar a su abogado, algo que ha sido rechazado por el tribunal. Curiosamente, tras decir que "se juega muchos años" y que ha perdido la confianza en él, ha respondido a las preguntas que le ha formulado su propio letrado. "Sigo diciendo que soy culpable", ha espetado, como recoge Diario de Sevilla.
Trujillo se juega una condena de 14 años de prisión, la petición que mantiene Anticorrupción contra él. El origen está en una ayuda de 900.000 euros concedida por la Junta para dos actividades que no estarían debidamente justificadas. Los delitos que habría cometido son prevaricación, malversación y falsedad.
Trujillo confesó que gastaba miles de euros en cocaína que él mismo compraba para que las consumieran él mismo y Guerrero, su jefe. De su testimonio se entiende que el consumo de ambos eran adictos gravemente a la sustancia, al indicar que los gastos llegaban a 25.000 euros al mes, con hasta 10 gramos de consumo al día, una cantidad enorme.
El juicio iniciado este lunes está programado que dure hasta la próxima semana, y que acabará con una sentencia que probablemente incluya una rebaja de condenas si es considerado culpable, debido a las dilaciones indebidas del proceso.
Hay que recordar que las investigaciones por los ERE comenzaron hace más de una década y que desde 2017 la instrucción finalizó con un llamamiento a juicio que no ha comenzado hasta ahora. Esta es una pieza de muchas que aún quedan por resolverse.