La encuesta sobre la monarquía encargada a 40dB. por la Plataforma de Medios Independientes —a la que pertenece lavozdelsur.es— confirma una evolución preocupante de la confianza de la sociedad española en la monarquía, que consolida una caída creciente: de ser una institución con puntuación alta (confianza media del 7,46 en 1994, según el CIS) a suspender de manera clara. La primera vez que la media de confianza cayó por debajo del 5 fue en el año 2011 (4,89, según CIS). En 2015, la última vez que el organismo público preguntó por esta institución en sus barómetros, la confianza media cayó al 4,3, exactamente la misma nota que muestra ahora esta encuesta de 40dB., que ha pulsado la opinión de 3.000 ciudadanos españoles entre los 16 y los 90 años.
Esta evolución es justo la contraria a la que han vivido otras instituciones, como las Fuerzas Armadas, institución en la que se confía cada vez más (5,18 en 1994 y 6,2 en la encuesta de 40dB.). Por tanto, aunque la desafección que hemos vivido desde la gran recesión ha salpicado a muchas instituciones, no todas se han visto afectadas. No era inevitable que la monarquía se viese arrastrada por la desafección.
La caída de la confianza en la monarquía sigue una pauta preocupante y diferente a la de otras instituciones: no solo ahora genera mucho menos consenso que antes (el ejército, lo contrario), sino que además es la institución que más polariza de todas las incluidas en la encuesta. Esto se ve al mirar la desviación típica (la desviación que tienen los datos en su distribución con respecto a la media): una desviación alta indica mucha dispersión y, por tanto, disenso; una desviación baja indica poca dispersión, es decir, más consenso ciudadano. Lo que se ve en los datos es muy interesante: por un lado, la monarquía despierta ahora menos consensos que en el pasado y, por otro, de las ocho instituciones por las que se pregunta en esta encuesta, ninguna genera tanta polarización (la que menos polariza son los partidos políticos: hay consenso en cuanto a la desconfianza hacia ellos).
¿Dónde estaban los consensos y dónde están ahora los disensos?
Por recuerdo de voto e ideología, la monarquía ha pasado de ser una institución de todos a ser defendida solo por la derecha y la ultraderecha. En 1994, en pleno bipartidismo, la izquierda confiaba en la monarquía tanto o más que la derecha (votantes del PSOE, confianza media de 8,2; votantes del PP de 8,1). En 2020, la confianza media de los votantes del PSOE es 4,3 y la de los del PP es 7,1. En el caso de la izquierda más extrema, la evolución es la siguiente: del 5,9 que le daban los votantes de IU al 1,2 de los de Unidas Podemos.
Por tanto, la confianza cae en general, pero las caídas más evidentes se concentran en la izquierda, que en unos años ha pasado de confiar en la monarquía a no hacerlo (la derecha sigue confiando bastante, aunque ahora lo haga menos que en el pasado).
Por edades, tanto antes como ahora, la confianza en la monarquía aumenta con la edad. Sin embargo, en 1994, la monarquía contaba con la confianza de jóvenes y mayores: los que en 1994 declaraban que no tenían edad para votar en las elecciones de 1993 daban una puntuación media de 7 a la corona; los de 65 y más años le daban un 8,3. En ambos casos, notables. En 2020, la brecha entre jóvenes y mayores se agranda. La monarquía no cuenta con la confianza ni de los de 16-17, ni de los de 18-24 (confianza media por debajo del 3), mientras que logra solo un aprobado entre los más mayores (5,5). Aquí es interesante ver que las Fuerzas Armadas ahora aprueban en todas las franjas de edad (en 1994 solo lo hacían entre los mayores de 35).
La tercera brecha se da en los territorios. En 1994, la monarquía aprobaba en confianza en todas las Comunidades Autónomas: en 13 de ellas con notable, en 3 con aprobados altos (la Rioja, pero había pocos casos; Navarra y Cataluña) y en una con un aprobado raspado (País Vasco). En 2020, la confianza media en la monarquía logra el aprobado solamente en la Comunidad Autónoma de Madrid y en Castilla-La Mancha, aunque obtiene en la mayoría notas por encima del 4, incluso acercándose al aprobado. Sin embargo, en dos autonomías está por debajo del 4 (Baleares y Navarra) y en otras dos incluso por debajo del 3 (Cataluña y País Vasco).
Estos datos deberían hacer reflexionar a la Casa Real y a sus seguidores. El deterioro de la confianza en la institución viene de lejos y apenas ha mejorado con la abdicación de Juan Carlos I. Felipe VI lleva cinco años en el trono y es cada vez más un rey por partes: un rey valorado por la gente mayor de 65 años, por los votantes de la derecha y de la extrema derecha y por los habitantes de Madrid, la Comunidad Valenciana y Andalucía. La institución no consigue cohesionar a los territorios, ni a los electores de diferentes ideologías ni a los distintos grupos de edad. Y se ha convertido en una fuente de disensos en vez de en una referencia de consensos.
La encuesta sobre la monarquía es una iniciativa impulsada por la Plataforma de Medios Independientes (PMI), que agrupa a 16 cabeceras, entre las que se encuentra lavozdelsur.es. Para poder realizar la mayor encuesta hecha nunca en España sobre la monarquía, la PMI organizó una recaudación de fondos que logró completar en un solo día. La encuesta financiada por 1.965 donantes se encargó a 40dB., el instituto de opinión dirigido por Belén Barreiro, expresidenta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). El proyecto surgió tras la solicitud de estos medios al CIS de una encuesta sobre la monarquía, un asunto sobre el que el organismo lleva más de cinco años sin preguntar.