“Sin un partido fuerte en la provincia de Sevilla no vamos a alcanzar la Moncloa”. La frase, adaptada a las circunctancias, la pronunció Teodoro García Egea, secretario general del PP, en el discurso de clausura del XV Congreso del PP de Sevilla celebrado este pasado fin de semana en el emblemático hotel Los Lebreros, enclave histórico donde se han fraguado decisiones políticas de gran trascendencia en nuestra reciente historia. Allí mostró la cara el aparato ‘guerrista’ por vez primera liquidando a todo un S.G. de la Agrupación de Sevilla, el entonces rebelde Pepe Caballos. Fue el principio del fin de Borbolla en la Junta. En esos mismos salones también se empezó a consumar la división del comunismo andaluz del PCE y donde Fernando Soto y otros muchos iniciaron el camino a la ‘casa común’ de la izquierda con el PSOE del que acabo siendo diputado.
A la vista de los datos que hay sobre la mesa, a día de hoy, Pablo Casado no llegaría a la Moncloa dado que su partido en Sevilla está mas debilitado que nunca en su larga y agitada historia de enfrentamientos y desencuentros internos.
Primer dato que chirría: han dicho que el PP de Sevilla tiene unos 20.000 militantes, pero en este congreso decisivo para el futuro solo se han usado 1.650 papeletas. Digno de un análisis más profundo sobre cómo selectos clanes de habilidosos y ambiciosos militantes de los partidos controlan y se perpetúan en el poder del aparato sin importarles la opinión de las bases.
Cierto que Virginia Pérez repite en la presidencia casi por aclamación al obtener una mayoría a la búlgara del noventa y tantos por ciento. Como también es cierto que la candidatura aspirante, la liderada por el alcalde de Carmona Juan Avila apadrinada por Moreno Bonilla, se ha negado a legitimar un proceso supuestamente democrático y según ellos, plagado de trampas de la peor especie, ejecutadas por ‘golfos y sinvergüenzas’.
En esta ocasión los militantes maltratados en sus derechos por el aparato del PP están dando la cara públicamente y cuentan de viva voz como se facilitaba el derecho al voto en función de la candidatura que iban a apoyar. Una de ellas cuenta que si votaba a Avila tenía que pagar 100 euros de cuota; si votaba a Virginia solo 20. De ser cierto —y parece que la Justicia buscará la verdad a instancias de los perjudicados— los populares sevillanos pueden presumir hoy de haber igualado en su congreso a los regímenes bolivarianos que tanto critican.
La cosa no tendría mayor trascendencia, sería solo una bronca congresual más en una provincia lejana del foro madrileño, si el presidente del PP andaluz y de la Junta, Juanma Moreno, no se hubiese ido al Parador de Carmona a reunirse y jalear a Juan Ávila para presentar batalla por la dirección del partido en Sevilla.
El presidente andaluz quizás no sabía – o sí- de la solidez de las relaciones entre los que hoy moran en Génova 13 y el grueso de los adversarios que tuvo Virginia Pérez en el anterior congreso. Se trata de una sólida relación de confianza entre cospedalistas y casadistas que perdura en el tiempo. ( Las primarias del PP -Bonilla apoyó a Soraya- están en el origen del mal rollo actual) Entre las figuras mas destacadas que reaparecen están los perdedores de antaño, Juan Ignacio Zoido y José Luis Sanz del que dicen que tiene el teléfono de García Egea en su lista ´Favoritos’.
Por esta razón y por haber sido el gran apoyo de Virginia Pérez contra los intereses De San Fernando, sede regional del PP, el alcalde de Tomares será – en San Telmo lo dan por hecho- el candidato que propondrá la nueva dirección provincial a la alcaldía de Sevilla.
A la clausura del congreso sevillano no asistió el presidente regional del partido y de la Junta. Un gesto claro que solo puede interpretarse como la desaprobación pública y expresa de un proceso nada democrático, con graves irregularidades y manipulaciones denunciadas. Sin embargo sí estuvo el número dos del partido, el murciano García Egea, arropado por el diputado portavoz – cuota de Génova en la lista de Málaga- Pablo Montesinos.
Loles López, secretaria general del PP-A, fue la única embajadora enviada por Moreno Bonilla al acto. Mantuvo una posición discreta, quizás incómoda, de puro trámite, sin duda.
Su vicesecretario regional, Toni Martín, tampoco acudió al congreso y esa mañana de sábado se acordó de «los Judas» que se acaban ahorcando solos.
Una encuesta para frenar la ofensiva de Génova13
Puestas las cosas como se habían puesto en el PP de Sevilla, con la potente maquinaria de Genova avanzando, el margen de maniobra de Moreno Bonilla quedaba tremendamente limitado, entre otras cosas por sus responsabilidades institucionales que no son pocas en esta difícil y compleja etapa.
El líder del PP en Andalucia, el cargo institucional mas relevante que tiene hoy el PP en España, necesitaba a esas alturas enviarle un mensaje a Pablo Casado, una especia de «vamos a llevarnos bien… por tu bien».
La idea base del mensaje la tenía clara el mandatario andaluz: solo si yo sigo de presidente de Andalucía tú podrás llegar a la Moncloa, así que no me revuelvas del patio. Pero ¿cómo enviárselo? El ‘bendodismo’ encontró rápido la solución. Parecería un accidente:
-¡Una encuesta!
Y ahí es donde nace la idea de que la productora de Raúl Berdonés —dueño del Grupo Secuoya— encargase y pagase a GAD3 una encuesta con 3.000 entrevistas, valorada en unos 40.000 euros, cuyo resultado resumido es más o menos este: Moreno Bonilla como líder indiscutible y el PP a punto de alcanzar la mayoría absoluta de los 109 escaños. (Casi doblarían sus resultados de 2018) La izquierda de la izquierda desaparece, lo mismo que Ciudadanos. Susana y el PSOE-A estancados, resisten a la baja. Vox sube, pero no tanto.
Ese y no otro sería el objetivo de una encuesta que ha sorprendido a propios y extraños por el fondo, por la forma de hacerse pública y el momento elegido para realizarla.
Ha sorprendido porque desde el primer momento no se ha dicho a las claras quién pagaba la encuesta. GAD3 puso en su página al Grupo Secuoya como el cliente, pero lo retiró poco después de forma no explicada, tal y como cuenta en esta detallada crónica enlazada del periodista José Carlos Villanueva.
Tampoco se ha informado en los telediarios de Canal Sur, que dedicaron amplios espacios para comentar los vaticinios, pero ninguna referencia a quién y por qué había financiado ahora precisamente un estudio demoscópico electoral.
Sin embargo en la tertulia Mesa de Análisis de Canal Sur, producida precisamente por Secuoya, su conductor Teo León hizo una breve referencia, casi de pasada, citando a quien la había pagado y quien la había realizado. Nada más.
También es cierto que no mereció más comentarios de los contertulios presentes el hecho insólito de una productora modelo tipo ‘pata negra’ pero del ‘equipo del cambio’ financiando una costosa encuesta política sin venir a cuento y que tan sorprendentes y favorables resultados vaticina para el PP.
Como también hay que incluir en los misterios sin resolver como una productora —que gestiona los opinadores y la opinión política de Canal SurTV— financie una encuesta que, contra todo pronóstico no ‘explota’ en su propio programa, sino que se la filtran a El Confidencial y a Ideal de Granada. ¿No parece raro?
Secuoya nunca recibió la atención que merecía como productora andaluza de cierto nivel por parte de las administraciones socialistas en Canal Sur. Se tuvo que ir de Andalucia para crecer y volver con mas fuerza. Ha sido ahora, con la llegada del PP, cuando esta productora ha entrado por la puerta grande y con facturaciones millonarias, produciendo el bloque de la mañana en Canal Sur TV, incluida la tertulia de opinión política de mediodía.
Mal presagio ningunear, una vez mas, al presidente de Andalucía desde su propio partido
¿Marcará lo de Sevilla el camino de los congresos que quedan en el PP de Jaén, Cádiz, Huelva y Almería? Parece que sí. Por cierto, ¿qué hará Don Gabriel Amat en Almería ahora, nuevamente con el Caso Halsa en la parrilla de salida? Singular variante en clave interna que no conviene perder de vista.
Acertados o no los datos que ofrece esta encuesta sorpresa, el hecho cierto es que el mensaje que ha pretendido lanzar Moreno Bonilla a un Pablo Casado ensimismado con Sánchez, Iglesias, Díaz Ayuso y la Puerta del Sol, tiene su base llena de lógica política. Casado debiera ser el primer interesado en fortalecer al presidente que el PP tiene en Andalucia y que, además, preside la Junta. No es un buen presagio, si se mira la historia reciente, ver como un partido maltrata desde Madrid a su dirigente andaluz.
‘No se puede ganar la Moncloa sin haber ganado Andalucía´ les he oido a casi todos los presidentes socialistas que el PSOE-A ha tenido. Una lección resumida en una frase que los socialistas aprendieron hace ya muchas décadas. Casado y el Sr. de Murcia parece que aún no se han dado cuenta del todo. Hacerle la zancadilla a Bonilla es, hoy por hoy, perjudicar al partido y a su líder.
Y una curiosidad para terminar. Me juran y me aseguran que en esta ocasión Javier Arenas no ha intervenido «en nada, de nada», del proceso congresual de Sevilla. No ha hablado con nadie, se ha mantenido completamente al margen. Ha sido el gran ausente.
La primera vez en la historia del PP de Sevilla que Arenas no está en la cocina de un congreso sevillano, pero puede entenderse. No siempre se tiene una cita con un tribunal donde penalmente saldrá limpio de polvo y paja , pero políticamente más quemado que los palos de la calentaría de El Postigo, porque solo los jueces y el procedimiento tendrán la obligación de creerle. Los demás no.
Este artículo se publicó originalmente en Confidencial Andaluz.